El Gospel es viajar, es adentrarse con sonidos vibrantes en ese música religiosa que te traslada al New York de Harlem o el Bronx, al sur de unos EEUU deseosos de la libertad, al África más capaz de mostrar culturas poco conocidas, de cantar a su sufrimiento esclavista, pidiendo a dios que mediara entre los salvajes blancos y los que ya creían en mucho más humanismo del que con ellos practicaban.
El Gospel de Calatayud canta a la libertad bajo la dirección de Jordi Cardona que repitieron otro año tras el gran éxito del pasado, viniendo desde Barcelona a la iglesia de San Pedro de los Franco no solo a cantarnos y a cantarse, sino también a enseñar en Calatayud en un taller que tuvo lugar por la mañana de ese mismo día, donde se explicó qué es el Gospel y se dieron los primeros pasos para entenderlo y practicarlo.
Gospel rabalero, acompasado con sus movimientos de Aleluya, que volvió a crear ambiente coral en un Calatayud que sabe agradecer estos acercamientos a las culturas diferentes que claman con la música y la voz por mejores mundos.
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