26.11.24

Diez jardines inesperados aragoneses



DEDICADO A LA ASOCIACIÓN ARAGÓN JAPÓN, 20 ANIVERSARIO, Y A LA SOBERBIA EXPOSICIÓN ANTOLÓGICA DE LA OBRA DE PACO SIMÓN, EN LA LONJA DE ZARAGOZA


La Asociación Aragón Japón ha propuesto para celebrar nuestro 20º Aniversario diversas exposiciones de pintura con aguadas a la tinta china, sumie, de bonsáis de la fascinante asociación de expertos zaragozanos en convertir higueras en poesía y un ramillete de charlas dedicadas a disciplinas artísticas japonesas. Todos los actos se vienen desarrollando en el sótano del Centro Joaquín Roncal de Zaragoza.

Ayer varios afortunados asistimos a un documental felicísimo de casi una hora, recorrimos con una aficionada japonesa a grabar sus cambios estacionales, los numerosos y cuidados jardines de Kyoto. Varios de ellos, principales exponentes del arte japonés de la jardinería seca, de piedra, o con agua.

Las jornadas organizadas por la Asociación Aragón-Japón proseguirán hasta enero y os recomiendo la asistencia a alguno de sus actos que podéis consultar en su página. Os emplazo porque suelen durar una hora a acompañarlos con una visita a la armadura samurái recién adquirida por el Museo de Zaragoza depositada en la planta baja del Museo Pablo Serrano y a la exposición de pintura ukiyo-e y hanga: “La Mujer en Japón”, que engalana como pocas veces el patio del Palacio de Sástago.

Comisariada por el mismo pintor, qué mejor modo tras una colación con tempura de borraja o cebolla tierna en el bar de la calle Jordán de Urriés, que ha maridado con originalidad productos aragoneses con tradición japonesa, que dirigirnos a gozar de la obra colorista y llena de ternura, con la visión optimista del paisaje aragonés y la ocurrencia de herir a los Mallos de Riglos con cortinas de pintura de colores, de la exposición “Paisajes Iluminados” de Paco Simón en la Lonja.

Su mirada alucinada y expresionista sobre el paisaje aragonés lo acerca sin él pretenderlo a los viajes por Japón recreados en láminas de los grandes de la pintura japonesa: Hiroshige y Hokusai, maestros del lacado y del entintado de planchas previo dibujo detallado y soberbio de los mundos flotantes.

Qué mejor que dedicarles a la Asociación Aragón Japón y a Simón una pequeña y breve relación de jardines aragoneses (o espacios con árboles y vida) en que detener el tiempo, que se confunden con la naturaleza circundante o que la paralizan. Inesperados y sutiles cambios acontecen en ellos como en los de Kyoto. No gozan de la popularidad del bosque del Betato de Tramacastilla, del Monasterio de Piedra ni del Parque Labordeta, pero permiten estar en paz y darse un baño de luz, de arte o de quietud, acompañan el reposo y lectura detenida de una novela de Kawabata, de una página de Irene Vallejo, permiten masticar salivando un poema de Vilas y que Miguel Mena te meza la mente por su Moncayo.

1.- Vía crucis de postes de alta tensión, cuevas, capitanas y pitas del Cementerio de Juslibol.

El conjunto humano de las viviendas horadadas de la montaña campamento previa a la conquista por Alfonso el Batallador de Zaragoza, es el verdadero cabezo de la ciudad, no donde está el rey del Parque Grande.

En ese espacio, se desordenan geranios, pitas, azaleas, algún pino plantados por los covanos y sobreviven aromáticas. Su bosque de cabecera por el que se hace una carrera nocturna con linternas surreal es un calvario de postes metálicos al servicio de Zaragoza. Y la ciudad se divisa desde su Gólgota como una mancha edificada expresionista en medio de la cinta verde de regadíos del Ebro. Por la tarde, en días de cierzo, se asiste a monumentales puestas de sol con reflejos rosados y jazmines que tiñen de terciopelo antiguo gótico las huertas de Juslibol y de oro viejo aplicado a brochazos, el de los retratos de Goya que tenía la luz en su pincel, los edificios de la Expo, los puentes y la Estación de Delicias.

2.- Jardín de San Lure de Jaca. 

Para esos días en que nieva a copos gordos o que incluso en la montaña la máxima es de 30 grados, con todos los pirineistas subiendo a ibones y hayedos y los forasteros del común paseando por el parque modernista y la Vereda Oeste de Jaca, os emplazo con una botella de agua fresca y un libro a vagabundear por el este vacío de Jaca y localizar este bello rincón irregular. Ensombrecido por cedros y arbustos que los matizan, permite disfrutar de una vista de Oroel humanizada entre ramas, que le quita su tratamiento divino. Esta maravilla viene del aprovechamiento por el Ayuntamiento para uso público el jardín privado de la Villa María, de los Díaz-Pradas y generación del espacio en que se organizan los conciertos al aire libre, anfiteatro en la misma colina.

3.- Paseo arbolado con chopos cabeceros y referencias literarias de Calamocha.

Si tenéis la suerte de visitarlo con el río un poco helado y las ramas de los árboles combándose con la nieve, viviréis una experiencia fascinante. Tomándolo de sur a norte, el paseo os conducirá al puente romano de un arco y al lavadero histórico de la localidad. Los letraheridos gozaréis durante el recorrido de una ruta literaria con quince estaciones dedicadas a autores aragoneses que incluyen fragmentos de su obra (el bilbilitano Marcial, varios aforismos de Gracián, pedazos de artículos del periodista de Codo: Benjamín Jarnés, poemas de Enrique Villagrasa) o de otros con obras relacionadas con este histórico paso del Jiloca y Aragón, la Extremadura medieval aragonesa hacia Valencia (El Cantar del Mío Cid, un soneto del Quevedo desposado el Cetina y la inevitable referencia al eposodio del Quijote acontecido en la Ínsula Barataria).

Destacar al respecto un fragmento de la novela “Patria” de Aramburu, en que se describe el frío seco y helador del frigorífico de España, novela que nos dará para otras aventuras.

4.- Jardines arbolados con pinos de la subida al Castillo de Alcañiz (Puipinos).

Lo elegimos por su carácter de jardín de acceso a castillo de los que encontraremos en Monzón, Uncastillo o también Aínsa. Desde Puipinos, formando la vista parte del jardín, se tiene una mirada en contrapicado y privilegiada sobre los tejados y parcelario del Barrio de los Almudines de la ciudad, judería y ensanche medieval, repleto de casas con un frente de fachada de cuatro metros en parcelas rectangulares de similar superficie. Se trata según los expertos de un ensanche relevante como principal exponente modelo de urbanismo gótico, ortogonal, en damero, que genera casas profundas hacia el interior y separa su calle Mayor que baja al puente del Guadalope y se conserva particularmente puro.


5.- Jardines-parque del Padre Querbes de Huesca:


Quizá se trate del proyecto con mayor influencia del jardín japonés ejecutado en todo Aragón lo que, además, permite en una manzana cerrada con varias entradas jugar a trasladar a su interior el espacio agrícola y ordenación de campos que circundan la ciudad. Contiene diversas pequeñas acequias que lo dotan de humedad y notas musicales, una lámina de agua con lotos que refleja hileras de bancales propios de las huertas del Isuela, montículos aterrazados con aromáticas del entorno y bulbos, sombreados por arces y otros árboles caducos que establecen, en su conjunto, un diálogo permanente con el jardín en las distintas estaciones.

6.- Ajardinamiento en solar de la calle Mayor de Borja. 

Con él queremos representara las iniciativas de los ayuntamientos semejantes a la felicísima de “Esto no es un Solar” de Zaragoza, que tan dotado de sorpresa, belleza cotidiana y vida a entornos condenados. Que han generado pequeños oasis de vegetación en las parcelas cada vez más numerosas que quedan sin uso ni iniciativa urbanística tras demoler edificios ruinosos. Elegimos la borgiana debido a que la ciudad cuenta con uno de los parques con mayor historia de Aragón, el Parque del Agraciel, que necesitaría una inversión importante para cambiarle su aire simétrico obsoleto.

7.- Jardines y Parque de las Arcillas de Teruel. 

Si el concepto de jardín japonés pasa por trasladar a entornos de santuarios o privados la naturaleza circundante, simbolizando las gravas menudas las olas, las piedras con musgo las montañas y las insertadas en lagos, las islas del archipiélago, entonces el concepto de este reciente jardín turolense es el inverso. Acercar a la ciudad y permitir el disfrute de las laderas artificiales y con apariencia de erosionadas provocadas por la extracción de arcillas para su transformación en Villarreal, extraídas en los montes que circundan la ciudad al este, superando la cicatriz estética, lo vaciado presente hasta en el corazón de la capital de la provincia que ha clamado contra el abandono.

El sabio tratamiento y ajardinamiento contiene miradores de arcilla hacia la ciudad, embalsamientos que remansan las aguas de los barrancos y plantaciones cuidadosas de pinos que no impiden la perspectiva de las muelas rojizas de arcilla.

8.- Jardines de la Chimenea de Monzón. 

En una ciudad repleta de sotos y zonas verdes, cuyo parque más usado y le ha dado renombre mundial ha sido su pista de atletismo, la chimenea de la Azucarera fue preservada y, como sucede en otras localidades de Aragón como los jardines con chimenea próximos a Helios en Zaragoza, el espacio de las naves resultó aprovechado para unos jardines de ciudad central, con un buen diálogo con los urbanizados en las orillas del Sosa.

9.- Vistas del Moncayo desde Trasmoz y sus parientes próximos del Obispado de Tarazona. 

Lo sé, es recurrente, como también sé que el mejor jardín de la Comarca de Borja es el huerto y el entorno cisterciense de Veruela, que podría haber citado con emoción idéntica la plaza desnivelada de la lonja de la iglesia de Añón o el muy bello jardín de la orilla del Queiles donde está la piscina de Tarazona, siendo yo un entusiasta de la rehabilitación de la plaza de acceso a la Catedral. Pero el Moncayo es el Fuji Yama aragonés y su vista más bella es matizado por el castillo de Trasmoz el mes de febrero, en día de cierzo con su cumbre nevada reflejando un azul purísimo.

Destacable por su vista sobre el valle del Aranda y pariente en colores y en historia, me resulta el entorno ajardinado del Palacio del Papa Luna de Illueca.

De la misma familia, visitad la placita ajardinada minimalista mudéjar con suelo cerámico, arquitos y cenefas y un mural de bronce del escultor Luis Moreno, que solaza sin afectar su acceso a una de las mayores joyas artísticas aragonesas: la magnífica iglesia-fortaleza de San Félix de Torralba de Ribota. La plaza-jardín cerámico funciona asimismo como un mirador excelente a las muelas rojas del valle.

10.- Entorno ajardinado del Castillo de Alfajarín. 

Como la lista no va del mejor al peor en mis consideraciones, debo citar como representativa de los ajardinamientos gozosos de páramo presentes en Leciñena, Monegrino y Lanaja, en los municipios monegrinos de Zaragoza o Huesca, la subida al castillo y ermita de Alfajarín . Ejemplo de repoblación escasa y suficiente sobre los difíciles suelos de yeso y páramo aragoneses.

La subida a la ermita discurre entre pinos, azaleas y aromáticas (recomendable hacerla para los que no podáis ir a Santorini) y desde arriba gozaréis de los emblemáticos montes blancos, que dan paso al verde oscuro de huerta del Ebro. El cerro de la ermita de Alfajarín, armoniosamente embellecido con olivos y cipreses, permite la vista del toro de Osborne recortado en colina próxima, comparable como icono a las piedras linterna votivas de los jardines japoneses.

«La verdadera libertad consiste en poder hacer lo que se debe hacer.» (Baltasar Gracián)

26.11 Luis Iribarren



23.11.24

Protección Civil de Zaragoza. Qué hacer ante un incendio


Tenemos que aprender mucho más a ser responsables ante problemas que pueden sucedernos, aprender las normas básicas de Protección Civil, para nosotros y para ayudar a los que lo necesiten. 

Este cartel es de Protección Civil de Zaragoza junto a los Bomberos, con normas de sentido común en muchos casos pero que no está nada mal el poderlas recordar de vez en cuando. 

Las tenemos que tener interiorizadas como algo básico, y aunque en este caso solo se habla de incendios, deben informarnos de todo tipo de problemas, pues es también obligación de quien gestiona los problemas posibles, el informar a la ciudadanía.

22.11.24

Población joven en Zaragoza, Área Metropolitana


¿Sabías que las localidades del Área Metropolitana de Zaragoza que registran proporciones más elevadas de población menor de 18 años son: María de Huerva, Cuarte de Huerva y La Puebla de Alfindén, con porcentajes que superan el 25%?

¿Sabías que las poblaciones del Área Metropolitana de Zaragoza con menos población joven están municipios como La Puebla de Albortón, Valmadrid, Farlete y Jaulín, con menos del 10% de población con edades inferiores a los 18 años?

¿Sabías que Zaragoza ciudad cuenta en su conjunto con valores intermedios en torno al 16,6% de población menor de 18 años, pero distribuidos muy irregularmente según Distritos Municipales?

20.11.24

Marina Ariño Ejarque y Aitor Clemente Guillén. Librería Cazarabet


ARAGONESXS: MARINA ARIÑO EJARQUE y AITOR CLEMENTE GUILLÉN. CÓMO NO, EL PAÍS DE LA LIBRERÍA CAZARABET.

Extensible a toda la Corporación presente y las históricas del municipio turolense de Mas de las Matas y su vecino Aguaviva.

Sigo las declaraciones del Alcalde de Cullera en relación con la desgracia de las inundaciones valencianas. Se ha tirado doce días subsistiendo con sus funcionarios a bocadillos, mantiene la educación y revisa para toda la cuenca del bajo Júcar que el mar trague o no el agua de las riadas. Está en conexión permanente con los alcaldes de su comarca, y los demás con él, y paralizan las clases cuando sube el agua. Es un político al que no le hacemos justicia.

Como en su caso y dado que siempre pinto la otra realidad de la clase política, quiero para terminar año revisar Aragón y transmitiros qué casos de humanidad y gestión preocupada por sus vecinos me parecen sobresalientes, especiales, a la altura de falla do habita Jordi Mayor, antes vecino que político de partido. Y lo segundo porque le conviene no penalizar con su independencia a los cullerenses.

Busquemos tres lugares para la esperanza de que hay ejemplos que no están regidos por trepas o mentecatos. No pretendemos iluminarlos y que ganen un concurso de Ferrero para que les visiten multitudes y los saturen sino reconocer su día a día, disfrutar de ellos sin ser conscientes que una mano mece una cuna o recoge una herencia histórica de convivencia, buen hacer y propuesta de actividades.

Lugares en que no se llama a sus visitantes forasteros sino que a los segundos se les convoca para vivir garantizándoles subsistencia, no lanzándoles a la quimera de repoblar sin puestos de trabajo asociados en que solo participen prejubilados. Lo que es una excelente bienvenida digna de García Berlanga.

Dentro de las comarcas turolenses estoy enamorado de un enclave: el que ocupan Mas de las Matas y Aguaviva. Y presiento que esta zona del confín sur de la Comarca del Bajo Aragón, a Castellote no le pasa igual porque sale en la jota del “Bolero de Caspe”, es de las menos conocidas de nuestra comunidad en Zaragoza.

Sin embargo es una de las puertas del Mediterráneo, de los accesos río arriba a la inmortal Morella del General Cabrera y la fiesta popular con más sustancia de España. Me refiero al sexenni celebrado cada seis años en ella en agosto, en la que llegó a ser una de las principales ciudades del Regne de Valencia. Celebración nada urgente, que se hace esperar y se organiza al modo gremial de Siena por los barrios de Morella en forma de procesión de diferentes grupos ataviados, engalanando de flores los balcones en conmemoración de la expulsión de la peste de la ciudad.

Cerca de Mas de las Matas se halla la interesante villa de Aguaviva, en la orilla del Bergantes que baja de Morella. Desde la primera, ya en el Maestrazgo castellonense y en un abrigo de Zorita en la margen izquierda del río afluente del Guadalope, debemos acceder a la también aragonesa Virgen de la Balma, a su santuario que puede significar cueva en lengua celta. Al mismo peregrinaron romeros y mujeres endiabladas, atención, procedentes del este turolense y de la comarca castellonense citada y por eso goza, además de la iglesia, de hospedería propia colgada sobre el farallón de bello efecto semejante al Monasterio de San Juan de la Peña.

Mas de las Matas se ubica en el valle del Guadalope medio, correspondiendo el origen de su nombre al de una pardina o explotación agrícola de un apellido aún frecuente en el este de Teruel: Mata o Lamata.

La población ha recibido los efectos de la DANA última laminados para suerte de Calanda y Alcañiz por el importante pantano de Calanda y goza de numerosas iniciativas económicas. A la par en inquietudes al también singular municipio bajo aragonés de Torrevelilla.

Entre ellas me gustaría destacar especialmente un camping con una ubicación sobresaliente para los que nos gusta gozar de los meandros de los tranquilos ríos turolenses, muy especiales en otoño; un restaurante y bar interesantes en los que poderse restaurar con suficiencia y la fundamental Cooperativa San Antonio que comercializa el peculiar cordero del Bajo Aragón, melocotones, frutas y verduras de sus dos ríos –es fascinante la verdura producida a cierta altura porque crujen más- y produce un magnífico aceite de altura.

Otros productores y servicios participan en la feria local “Expomas”, dado el carácter emprendedor y que garantiza servicios y proveedores al Maestrazgo de esta villa que apenas sobrepasa los mil habitantes. Ello debido a que se mantiene un horno panadero y repostero especial y algunos artesanos de la madera, la cerámica y la forja. El buen hacer de Mas de las Matas le ha permitido conservar estos servicios y población.

La cercana localidad de Aguaviva –nombre explícito que refleja históricas riadas- se halla regida nada menos que por una propuesta independiente de izquierdas “Ganar Aguaviva”, singularísima de por sí en términos sociológicos en las conservadoras tierras turolenses.

Supongo que tiene relación con que, por esto lo destacamos, desde el año 2000 es el municipio líder de la Asociación Española de Municipios contra la Despoblación y llegó a crecer habitantes contra todo pronóstico aunque luego los perdiera. En Aguaviva está la fuente a la que hay que acudir a beber si queremos saber algo de las dificultades y sorpresas de integrar, son los que más tiempo y experiencia tienen.

Debo culminar mi periplo regresando a mi punto de partida. En Mas de las Matas está la cuna y el embrión del proyecto de la Librería Carazabet, del que episódicamente formo parte, y que va mucho más lejos que el apoyadísimo en Castilla-León de las librerías de Urueña, la villa del libro vallisoletana. Proponiendo no solo la compra y revisión de un catálogo on line muy cuidado y especializado en Aragón, que se siente más en sus bordes.

El tiempo sabiamente administrado de que se dispone en el medio rural ha hecho que sus hacedores se aproximen en legado y calidad al de la Revista Turia, proponiendo su página de iniciativas una suerte de boletines informativos que os imploro consultar y que abarcan conversaciones con autores, cuadernos de recomendaciones y, especialmente, acciones poéticas con imágenes contra lo que denominan “El Expolio del País de Carazabet”.

Feliz año 2025 a este rincón del Bajo Aragón turolense, a sus Corporaciones e iniciativas vecinales. Sois un faro lejano para guiarse por la tormenta de silencio que se avecina.

19.11 Luis Iribarren