Es curioso que tenga que ser el Ayuntamiento de Zaragoza la que siempre tenga que bailar con los datos más feos. Pero nos vamos acostumbrando.
La realidad que no se dice es que esta forma de apunte contable además de incidir brutalmente sobre la manera de construir contablemente los nuevos Presupuestos 2019, los aprueba quien los apruebe, que esa es otra, incide en algo importante.
NO ES FACTIBLE HACER LA SEGUNDA LÍNEA del tranvía de Zaragoza. Hemos (entre todos) logrado acabar con el sueño que todas las ciudades de nuestro tamaño ya han cumplido con creces. Tener un tranvía con algo más que una línea.
¿De qué manera podemos sacar a licitación y poner en funcionamiento e inversión contable una segunda línea, cuando todavía seguimos sin entender la deuda de la primera?
¿De qué manera podemos sacar a licitación y poner en funcionamiento e inversión contable una segunda línea, cuando todavía seguimos sin entender la deuda de la primera?
Aceptemos pues que TODOS hemos sido unos incapaces de construir un tranvía para Zaragoza cuando se debía, y que ahora en el 2019, estar hablando de una posible ampliación de líneas con el objetivo del como poco 2025, más lógico el 2030 como objetivo más cercano, parece una barbaridad y una osadía, pues se terminaría de amortizar la obra en el 2065, y para entonces igual volamos en patinete o nos movemos con el pensamiento.
En el ajedrez a veces las piezas se mueven de casilla para asustar, para engañar o para despistar.
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