24.2.23

En Aragón hablamos de Sanidad solo de algunos temas


En nuestro Sector I del SALUD aragonés con 210.000 pacientes adscritos y dos hospitales menores, viejos e insuficientes, se puede tardar más de un año en tener una primera consulta con un psiquiatra público

¿Para qué sirve una consulta con psiquiatría, más de un año después de que el médico de familia decida que debe mandar al paciente al especialista, tras fallar sus medidas terapéuticas propias? 

Dedicamos miles de horas a nivel global en hablar y quejarnos de las demoras en AP, pero nos callamos de estas otras demoras. 

Miremos por favor los hospitales de Guadalajara, Palencia, Ávila o Soria con menos pacientes que nuestro Sector I y comparémoslos con el Royo Villanova. ¿Por qué hay silencios sobre estos temas?

Si vemos las imágenes de arriba, cualquier comparación con el Hospital Royo Villanova es triste, como poco.

Julio Puente Mateo


23.2.23

Félix de Azara: Por un Alto Aragón con mate, pampa y chaco

Cierto día de hace algunos años caí en trance viendo bailar lindy hop en el Festival de Fonz entre palacios y fuentes renacentistas. Pensaba en aquella Huesca provincia de la Restauración de Costa en que la nobleza de Tamarite, de Ayerbe o de Fonz tanto pintaban, cunas de gobernantes cuya Calle Mayor se llega a llamar de los caballeros en estas antiguas ciudades venidas a menos. Llenas de patrimonio que no se alcanza a poderse conservar.

Ese aire algo decadente se percibe un algo en Graus, en Peralta de la Sal o Sariñena. Localidades más pujantes por donde pasa el ferrocarril, por las que no se impidió que pasara, son hoy las oscenses que suenan.

Recibiendo otros lugares como Ansó, Alquézar o L’Ainsa el galardón de papel cartón de pueblos más bonitos pero en los que tres cuartas partes del año son decorados vacíos y es difícil hacerles la contabilidad en noviembre o pensar si cabe una carnicería o panadería más, o si es que sobra.

Las familias nobiliarias y de la alta burguesía del este oscense de los Carpi, Ric o Moncasi, los Argensola de Barbastro y Bardaxí de Ribagorza, pintaron todo en política antes de que Javier de Burgos programara una provincia entorno y con el nombre la ciudad de Huesca. Fueron caciques pero, a la vez, muchos ilustrados como se constata en sus bibliotecas particulares.

Territorio en que solamente Alto Aragón hubiera tenido consenso como denominación y cuya capitalidad pudo estar en Barbastro, la ciudad a la que se trasladó el obispado de Roda no resultó agraciada como eje de los Pirineos Centrales Sur como se llamaría esta provincia en Francia. 

Su alejamiento excesivo de Jaca, cabeza primera de Aragón, del Camino de Santiago y del románico de San Pedro el Viejo, San Juan de la Peña y Loarre la lastraron. Y al este de Cotefablo son escasos los crismones, los símbolos solares de la dinastía Aragón.

Ello no obsta, Ramón Acín aparte, para que mis oscenses favoritos sean mayormente los y las orientales. Encuentro rasgos de linaje comunes, de silencio distanciado con mirada vibrante, en Maurín y Samblancat, como en Pau Donés, Sender o hasta en Javier Moracho y Conchita Martínez

Cómo no en Fleta. Acracia con humildad, genio aragonés pero moderado y contenido, abobado con mucha capacidad de trabajo y emprendimiento, pesando la condición de frontera.

La cercanía de Cataluña y Francia pero aún más la lejanía de la influencia del Valle Central del Ebro como responsabilidad positiva para destacar aparcando quejas y lamentos. Esas cualidades entreveradas que se reconocen en el falso pero tan aragonés en amagar apretando Durán Lleida.

Viajeros, emprendedores por embaucadores, de genio vivo costista, ninguno supera en visión, trayectoria y ambición al ilustrado con familia foncina Félix de Azara. Todos somos hijos de su curiosidad insaciable.

Geógrafo y naturalista, codificador de especies en el trópico del Chaco del río Paraná compartido hasta por cuatro países, fue un científico pero mucho más y por ello no ha pasado a la posteridad como hubiera merecido. Que es a la altura de Ramón y Cajal, Linneo o Darwin.

Aun con su legado de importancia regional en Sudamérica, no es conocido. Juega la liga de haber quedado relegado a ser considerado como de talla científica semejante al zufariense Odón de Buen o a la del botánico especialista en plantas de páramo bajo aragonés, Francisco Loscos

Su obra está por descubrir, cuando fue un maestro del castellano científico y así lo hubiera reconocido la academia francesa de la letras.

Sin embargo su originalidad como científico está siendo revisada al alza y considerada con el alcance precursor e innovador que sus estudios contienen. En la línea innovadora de las aportaciones de Nikola Tesla, es conocido que no pudo aprovecharse de la clasificación de especies de Lineo o Buffon, y para cuando las conoció ya había codificado un sinnúmero de pájaros o plantas del gran Paraguay, dicho en sentido geográfico amplio. Sin querer y en un contexto humanista en que también fijó su mirada en la lengua y costumbres de las diversas tribus guaraníes.

La importancia de sus obras y escritos, su caudal en orden y desorden de río de plata, la influencia que sus peripecias tuvieron en el viaje de Darwin con escala en las Islas Galápagos y la suya filosófica en Nietsche, son capitales para el surgimiento del positivismo y las investigaciones y doctrinas deterministas.

Además, Azara es un avión sin escalas, un vuelo directo, entre Monflorite y Buenos Aires. Como el cuarto espacio zaragozano tiene relación específica con Uruguay por ser origen de su libertador Artigas, la Diputación Provincial de Huesca y sus premios están labrando en siembra directa una propia con los países del Mercosur de la cuenca del Paraná.

La Fundación de Historia Natural “Azara” de Argentina ha recibido galardón en los fantásticos premios de la DPH que alcanzan nada menos que un cuarto de siglo, portan su nombre y se entregarán esta semana.

Sus bases disponen que sean otorgados a proyectos empresariales, educativos, culturales e incluso documentales que ahonden en la conservación del patrimonio paisajístico y natural, especialmente el oscense.

Como el mismo se halla fuertemente humanizado, ejemplo de lo cual es la conservación de prados y limpieza de los montes, el eje y preocupación de este ejercicio es el de la conservación de la cabaña extensiva ganadera.

Volviendo a la fundación argentina premiada no solo por su nombre, su página es una fuente inagotable de conocimiento científico.

En la misma aparecen imágenes y documentales acerca de Félix de Azara, una foto de su palacio natalicio de Barbuñales e información acerca de sus fecundas investigaciones y publicaciones, sus actividades educativas acerca del patrimonio natural y cultural en retroceso de América Latina.

Es un goce para los sentidos llegar a abarcar en poco espacio de tiempo el conocimiento que a Félix de Azara le costó toda una fecunda y paciente vida y solo llegó a vislumbrar.

La curiosidad temática de su catálogo es inagotable pues contiene referencias en las especialidades de astronomía y vulcanología, de rabiosa necesidad porque los Andes forman parte del círculo de fuego del Pacífico. 

Además de en astrología inversa del Cono Sur, estudio de las particularidades de los restos de dinosaurios y restos de mamíferos del Pleistoceno encontrados en Argentina o tremendos e interesantísimos atlas de historia natural y situación presente del Delta del Paraná, Patagonia y reservas de cetáceos del Golfo de San Jorge.

Una biblioteca aragonesa que recogiera estos ejemplares, obras inspiradas por Azara, y conseguir que llegaran al menos una decena de de su “Revista de Historia Natural” de calidad semejante a la cultural “Turia” debería significar este reconocimiento.

De vuelta, que el Pirineo y su patrimonio natural y botánico y publicaciones como las del Instituto de Estudios del Alto Aragón, Instituto Pirenaico de Ecología jacetano o Prames lleguen y se divulguen desde esta sede bonaerense, fruto de la relación nacida.

Oyendo la banda sonora de “La Misión” de Morricone, que seguro hubiera emocionado al profesor Félix de Barbuñales.

22/02 Luis Iribarren

22.2.23

Mariposa que quiere ser verde si puede


A veces los colores son los que nos llevan a las ideas. ¿Verde mariposa? Verde aragonés.

Sí, hay mariposas verdes, las hay de casi todos los colores. Y marrones y grises.

Simplemente hay que buscarlas. Las marposas son muy hábiles.

Pero incluso las mariposas marrones, grises y feas, las mariposas polilla o desastrosas feas, pueden ser verdes si se dejan reflejar por el ambiente. 

Como los humanos cuando disimulamos nuestros colores.

Art Street en Teruel, detalles de Arte Urbano


Desde la ciudad de Teruel, con ganas de alegrarse sus calles con Arte Urbano, un detalle, hay varios ejemplos más, que demuestran que la cultura es Arte y el Arte debe ser cultura y facilidad para que llegue a cuantas más personas mucho mejor. Teruel también tienen ejemplos de Art Street que son muy interesantes.


20.2.23

El Ebro es Luz y Cine: Azcona, Saura y Buñuel

En Aragón, Genio puede que se nazca, pero la luz que vea en la vida social y natural está claro que también les hace. El cierzo, la calorina, el contraste con la niebla hacen del Valle del Ebro el entorno asolado, menos por cuatro huertas, más próximo al norte de Europa.

Es un país dicho en sentido geográfico, ése que en el Pirineo abarcaría lo que puede llegarse a andar en un día o a lomos de caballería lenta, Aragón se parece más a Afganistán, Jordania, interiores de Marruecos, Turquía o México que a la propia y cercana Guipúzcoa. De cinemascopes de secano y cielos de Magritte la mayor parte de los días.

Leches de oveja, con las de cabra o vaca o mezcla de todas juntas en hora y media de coche dando queso es un fenómeno escaso en el orbe.

Y si viajamos un poco más pasamos de color mar de fiordo, verde helecho y barquitos multicolores a la propia del Mulhacén o de Fez, de los montes de sabina, cedro y valles de amargo zumaque y flor de cardo de alcachofera. 

El primer paisaje es el que dio la música de Germán Coppini, el cine de Gonzalo Suárez y la mirada astur de Madrid de Garci, la música siderúrgica pero fina de Ilegales, la txalaparta sobre lías de txacolí de las novelas de Atxaga. En las películas de Armendáriz se vislumbra cierta frontera, de mito pirenaico de bosque con pasión de cielo abierto.

Los de más abajo, los afilados autores y fotógrafos hijos donde sus orillas del Padre Ebro padecen de efecto Foehn, son temperamentales y secativos, pero nunca corrosivos. Buen negocio comprarles cualquier coche porque han conservado su chasis.

Al mismo tiempo, se trata de creadores muy precisos a primera vista, con zoom en la cabeza y luego paciencia o no, bebiendo del genio de Goya. Siempre inconformistas o sí.

Casi bordes, en viaje en que pasan pero se pasan al modo cachondo.

García Berlanga y Rabal, levantinos, han viajado en autopistas creativas surcando los memorables guiones de Azcona, han padecido el perfeccionismo visual de Saura y vibrado (y era para mal) con Buñuel, al que no se le podía envidiar su vida.

El director oscense, alumno aventajado de las bárbaras situaciones esculpidas por el neorrealismo italiano y Pasolini. Cada película con su afán, artículo primero: nunca aburrirse ni ser predecible. Obra y ambición que se comprenden cuando se envejece.

Entre todos, glosamos al parco y clarividente hijo de la postguerra riojano Azcona. Logroño le ha dedicado a su hijo putativo biblioteca y filmoteca que portan su nombre, pero también son depósitos de su legado. El del mejor constructor literario de diálogos del siglo XX literario español, no un mero guionista como tampoco lo son Woody Allen o Bergman.

En el caso de Carlos Saura, el Festival de Filmes Cortos Ciudad de Huesca, uno de los mejores europeos, y el Auditorio oscense han reconocido ampliamente a un autor que es un mago de la fotografía y hacedor de imágenes. La casa natal de Buñuel en Calanda, Teruel, alberga un museo con una programación que se procura vital y contemporánea.

Otros autores y actores recientes y no como el citado Armendáriz, el payaso muy triste Viyuela, uno que vuela grabando como Lamata, poca broma con Javier Cámara, siguiendo la alargada sombra de Lorca y Coixet, la fecunda Paula Ortiz, o el eusko con raíz de arto y de garnacha, Gorka Urreizti, y buscando nuestra luz, atreviéndose desde dentro con Goya y Labordeta… siguen en el camino de sirga y cámara, beben agua caliza del Ebro y Santa Lucía les conserva la vista.

Aquella mirada de Luisa Gavasa, por todas, sin asomo de boira y calima. La de Andrea Fandos de profundidad ya no exclusiva de la mirada prodigio de Ana Torrent, en Cría Cuervos…

Azcona y su terquedad narrativa de La Codorniz, hiperrealista; Saura como un Joaquín Costa dispuesto a abarcar y a regarlo todo, dejando en su última fase creativa una colección de películas goyescas y por ellas mismas, modo genio de la Humanidad y con futuras calles en Cannes y Venecia; Buñuel y su relación con París y Ciudad de México, con esa vuelta brutal, a los mandos el inquietante Fernando Rey, a la sociedad española nunca laica.

La realidad de la financiación de los partidos políticos o clubes de fútbol, o la venta de los cuadros de Dalí superando la ficción. Edificando por capas paridas en Calanda de bad land turolense grupos multicolores de cintas de cine.

Todos ellos con avidez de tormenta, el suelo chupándose hasta la última gota de granizo o de niebla de la de temblar, de tequila derramado y de barbaridad en barbaridad.

En Francia faltaba luz para el surrealismo, violencia y macarras de barrio para el neorrealismo o la nouvelle vague –he conocido abuelos mucho más duros que Belmondo- y sentido del humor británico logroñés de ese Azcona que se hubiera mirado con sorna y de arriba abajo a una Juliette Binoche, a la que es de creer que no visualizaría como prota de un guión traje a la medida de los que sí que hizo con patrones de sastre para los humanos medios, que no solo españolitos, de los de la trinidad López Vázquez-Cassen-Florinda Chico.

Que Saura estaba en el panteón ya se lo recordó y se lo dio el Ayuntamiento de Huesca en vida. Estarán nerviosos por no repetir cuando ninguno ni de los aspirantes se acercaron al funeral a ver la tristeza por usurpación en los ojos de azul Estanés de Jeannette.

21.02 Luis Iribarren

Calendario de la floración aragonesa

Según la altura de las comarcas, la temporada de floración en Aragón comienza a mitad de febrero y con la flor de la almendrera largueta temprana.

Dependerá del calor de enero que se adelante pero las heladas de este año la han traído a su debido tiempo. Comienza por altitud, de menor a menor. Así la de las almendreras del Bajo Aragón alcañizano rompen una semana o dos antes que la espectacular floración del entorno de Alquézar o la del Reino de los Mallos. Las almendreras de límite de altura de La Fueva, Canal de Berdún o valles altos de Calatayud no florecen hasta entrado marzo.

Por eso se puede disfrutar del espectáculo de las colinas con manto blanco o ligeramente sonrosado durante todo un mes. Como sucede en Japón pero allí se anuncia por los medios de comunicación la floración plena.

Entre las floraciones más tardías se encuentra la de otro varietal aragonés de almendra, la bella “Moncayo”.

Combinando destinos españoles, los brotes florales en Gran Canaria y a baja altura en las Alpujarras se dan desde principios de febrero.

En territorio Aragón, la rosa del melocotonero iría a continuación y sucede a la de la almendrera: si en el interior murciano la misma se produce desde mitad de febrero, en las cuencas bajas de los ríos aragoneses sus diferentes variedades van tiñendo de dicho color rebajado los fondos de valle o fincas regadas con balsas por impulsión desde finales de febrero. Es el cultivo que tiene un ciclo más amplio y delicado temporal, en el caso del célebre de Calanda tardano, entre floración y recogida.

La muy arracimada de la albaricoquera de un rosa palo aún más pálido comparte tiempo y da lugar a estas fruticas de junio que son mis favoritas, cuyo aroma y sabor de hueso impregnan en mi opinión los de los vinos macabeo o pajarilla más finos de Cariñena. Hay variedades que presentan una flor de pétalo encarnado y consistente y coloración blanco rota.

Por su relación con el secano fragatino y presencia en tantos huertos, árbol de la vida por saciar hambrunas, hay que detenerse en la floración de la higuera, símbolo de la fecundidad y la sombra. Especie vegetal equivalente a la importancia alimentaria del cordero. De higos a brevas, la acepción ya denota que hay dos cosechas de falsos frutos, dado que lo que parece uno no lo es sino un conjunto de ellos. Una antigualla vegetal de sabor único, pariente de los cardos y casi el gingko bilova, un fruto pre sapiens.

La última y más célebre por delicada floración es la del cerezo. Desde finales de febrero a cotas de 200 metros se puede disfrutar en los escasos campos de Montañana o de Garrapinillos que no quedan dedicados a borraja o alfalfa. A partir de allí, la de Ricla, Bolea y Monzón en Huesca y valle del río Grío se produce entre mediados y finales de marzo y los cerezos de límite de altura de la Comunidad de Calatayud pueden estar florecidos hasta principios de abril.

Como sucede con las delicadas manzaneras y otras frutas de altura del incomparable valle del Manubles donde Moros.

20.02 Luis Iribarren

17.2.23

Cenefas de Verde Teruel. Color aragonés


Teruel. Primer Patrimonio de la Humanidad de Aragón, ampliado posteriormente a todo el mudéjar multicolor, en el de Teruel descuellan sus baldosines y otros elementos cerámicos verdes, de cierta geometría y vivaz efecto, por superadores del color ladrillo gris rata.

Entre los tipos del color de la esperanza, que representa aparcar los trastornos por huida de paseo a bosque de lluvia de haya, optamos porque el de la cerámica de Teruel sea verde esmeralda. Ese que traslada a los viajes y marcas de Reconquista del Cid como de Diego de Marcilla, el de la marca de apellido navarro en esa tierra con tantos apellidos del reino y lugares que portan el sencillo nombre de Navarrete.

Para la dinastía Aragón, Ítaca fue la huerta de Valencia. El espejo de la Albufera entre campos de chufas y espejos de arrozales reflejando cielos nubosos de tramontana. Dioramas de la abundancia para pastores de hambre interior.

Otros verdes diferentes pero que se vislumbran en las torres turolenses al ponerse el sol y oscurecerse sus ornamentos son el más oscuro verde helecho, el de pulpa de aguacate, esos olivas con toques de pintura negra bajo aragoneses con reverso de plata en día ventoso. La inspiración hallada en el diluido verde rebajado del fondo del Turia de los remansos y meandros arbolados que encintan las muelas de la ciudad, tras la confluencia del Alfambra y el Guadalaviar.

Oportuna y apropiada siempre la combinación del verde con los marrones y naranjas arcillosos de las colinas y ramblas que rodean la ciudad. De capas multicolores, no desmerecen al Valle de la Muerte en Cinemascope de luz con filtro Johnny Ford. Confundidos por tan complementarios ambos colores, no les metáis el gris metalizado de las torres de alta tensión.

Ni porque verde venga de viridis, el color vigoroso, y se repita en muchas de las marcas o también cenefas de los aviones de todo el orbe aparcados en Caudé para ser rehabilitados. Verdes bandera, del color de la vieja y nueva vida.

El que marca la única relación con ausente presencia oscense en los sures, por confluir con el verde albahaca de danzante. La potencia demográfica pirenaica no permitió que amante alguno en trashumancia de cuatrocientos kilómetros innecesaria, peligrosa, con el padre Ebro de por medio, portase los nombres de Bielsa o Berdún en el apellido y se radicara al sur de Monegros. Todo lo más llego el nombre de Biel hasta la meseta de la Extremadura del sur aragonesa.

Agradecido, conocedor y admirador del Pirineo, el territorio del sur siempre devuelve y se rompió la hora, como si de un turolense se tratara, en el sepelio del maestro de la precisión de la luz y la toma de cerca: don Carlos Saura, amante por antonomasia de cuanto y de cuantos abarcaron su mirada.

Loza verde y en morado oscuro, color entre el cardo y la trufa, hija del manganeso y óxido de cobre estresados, cariacontecidos los metales por incandescencia.

Los olleros y retejadores, los atarifes mudéjares necesarios para crear el efecto demostración a distancia que da la ciudad de Tirwal como puntal y marca contra la Valencia islámica, conformaron la base necesaria gremial en el dominio el manejo del barro que ha llegado hasta el presente como símbolo identificativo del arte de Teruel. También reputada por sus ebanistas en sabina y sus rejeros de bolardos solo superados en Granada.

Son tradiciones presentes en cada generación: sabiamente aprovechadas y mantenidas por los ingenieros y arquitectos que engalanaron Teruel de edificios, viaductos, escalinatas, aleros metálicos y farolas a principios del siglo XX, cuando eclosionó el modernismo turolense, como recordadas en cada puente de la Autovía felizmente Mudéjar.

Hay algo verde y rotundo, de siempre esperanzador, en la música de García Abril.

Mi emoción se renueva siempre al entrar en esas boticas esparcidas por todo Aragón y ver los albarelos y botes de preparados o recipientes, de los morteros con pájaros y hojas de helecho cocidos de verde cenefa Teruel, de verde ala de avión. Dan seguridad en recuperarse, mantienen en la primera bocanada de abrir el tarro, el olor del preparado de tomillo.

Teruel es salud denominada serrana, calidad de luz.

16.02 Luis Iribarren

12.2.23

¿Por qué el barrio de Montemolín se llama Montemolín?




En el libro que vamos publicando en este blog por capítulos sobre la historia del barrio de Montemolín de Zaragoza, he tenido siempre una gran duda. 
¿Por qué esta zona de Zaragoza se llama en realidad Barrio de Montemolín? ¿Acaso el nombre viene de un montículo que existía a la altura de la actual Plaza de Utrillas y que dividía en dos la vieja carretera hacia el Bajo Aragón?

Sabemos los motivos del nombre de Romareda, Almozara, ACTUR, Rabal, Las Fuentes, San José, etc. Pero no encontraba un dato real que por sí mismo me indicara los motivos de llamar Montemolín a una zona que también se llamó Barrio del Bajo Aragón. 

Busqué historias del Conde de Montemolín por ver alguna relación con Zaragoza y este espacio, pero nada me indica nada concluyente. 

A veces ser dueño de una gran parcela de terreno sirve para que te den el nombre como reconocimiento, como por ejemplo Tomás Higuera. 

Es cierto que hace más de un siglo existía una posada, una gran fonda para abrevar las caballerías de las diligencias, en la zona de la esquina entre Miguel Servet, San José y Compromiso de Caspe. Si el barrio toma el nombre de esta famosa y muy utilizada posada ¿por qué se llamó Montemolín esta fonda de entrada a Zaragoza? ¿cuál es la historia de esta posada?
Una duda que tal vez alguien de vosotros, sepa alúmbrame un poco aunque sea con un candil de mecha.

Nota.: Ver los comentarios en donde se explica con detalle parte de la historia de esta posada.

10.2.23

El Coso de Zaragoza con tranvías de caballos


Para los amantes de la Zaragoza perdida una fotografía del Coso hacia el Coso Bajo, una postal de Hauser y Menet, una mirada de una ciudad que ya no existe, llena de grandes toldos en las aceras por lo que entendemos que debe ser un principio de verano.

Una ciudad con sus primeros tranvías de caballos y bastantes zaragozanos por la calle de su céntrica ciudad.


Salvemos al PAR, que es de todos los aragoneses

El espectáculo que está dando en estas semanas el PAR, el Partido Aragonés que representó desde 1978 al Aragón de la Transición, primero regionalista y luego ya autonómico conservador, es de una auto responsabilidad perdida que deberían hacer mirar con tranquilidad y más capacidad de reflexión histórica a todos los que desde dentro están peleándose por vete a saber bien qué motivos.

En la actualidad todavía tienen 658 concejales en todo Aragón, pero llevan excesivos años fuera del Ayuntamiento de Zaragoza lo que refleja claramente esa división que se repite en otros partidos aragoneses, entre Aragón y Zaragoza.

Un partido aragonés que ha estado siete veces dentro del Gobierno de Aragón y cuatro veces fuera de ese Gobierno, debería entender que su responsabilidad histórica es mayor que sus peleas internas, que admitiendo que sin Zaragoza es complicado funcionar, todos sus integrantes deberían admitir que si quieren sobrevivir como organización política, deben reflexionar sobre qué quieren ser en el futuro.

Un partido político que ha visto como desde sus inicios a las fechas más actuales ha perdido el 75% de sus votos en Aragón, no debe pensar que ya no son necesarios, sino que tal vez olvidarse de los núcleos importantes de Aragón por el número de habitantes, ha sido y es un gran error histórico.

El PAR debe resolver sus problemas internos, y tienen que ser ellos los que sean capaces de refundar su organización, pues Aragón los necesita. Modernizarse, rejuvenecerse, abrirse a la actual realidad aragonesa, a su historia y a sus formas de cultura actual son tal vez un primer camino. 

Nunca he estado cerca de ellos, nunca los veo en mis muchas reuniones de política, y eso no es ni lógico ni válido. ¿Cuál es el motivo por el que yo no los veo nunca en las reuniones de gestión en Aragón? ¿Tal vez porque sean estas reuniones en Zaragoza?

9.2.23

Azules Muel. Colores de Aragón


Venía a decir el Goethe cronista de sus viajes que no se está como en ninguna parte sino arriesgando como forastero; como afirmó que viajar y aprender nuevos idiomas sirve para conocer más los propios, en nuestro caso permiten ver Aragón con otra perspectiva y así valorarlo.

Es lo que sucede con la cerámica o loza de Muel y cómo las recuerdan, por su aire de familia, la arquitectura de Isfahán o Samarcanda recubierta de baldosas de mayólica entre azules y verdes; colores que llegan con los selyúcidas a la Puerta de Oro de Estambul y se usan con profusión por la cerámica verde turquesa de Izmir, engalanan la mezquita azul; pero también esa gama de colores está presente en la cerámica más verdosa nazarí de Granada

Impresionantes parentescos que denotan el origen de la producción muelense.

En cualquier momento del año, con cierzo o con solana, en otoño para ver pámpanos color óxido, exposiciones o neveros, una vuelta de un día y desde Zaragoza por Botorrita-Fuendetodos-Cariñena que incluya visitas a museos de grabados, cata de vinos denominados o de pago, un paseo por embalse romano en Mezalocha; todo rematado y adobado por finalizarla en el Parque y talleres cerámicos de Muel, es común como plan para cualquier aragonés y también ha venido siendo potenciada con la vida de Francisco de Goya como eje.

El pintor de Fuendetodos pero con algo de origen vasco y vinculado con Zuloaga incluso por geografía –según hemos disfrutado en reciente exposición en la Lonja- huyó en sus comienzos como ninguno de la pintura barroca, de esos colores terrosos oscuros de Velázquez y no digamos Murillo.

Combinando con precisión y como Bayeu los colores pasteles presentes en los amaneceres y puestas de sol de las mesetas y muelas zaragozanas, en esos frecuentes días de violenta y precisa luz de cierzo: de naranjas y grises en banda cuando escampan las tormentas de mayo. 

Aragón es mina y cielo, con pocos toques de bosque y agua.

El resultado ha sido el conocido por disfrutado: hasta las Pinturas Negras, esa gozada para los sentidos que son sus bochazos de colores carmín desvaído, gris que no duele o azules lejanos a los de Prusia, poco afilados y amables en sus escenas de tapices, en el bellísimo cuadro del “Quitasol”

Sin renunciar cuando el tratamiento lo requiere a la combinación y aplicación de todos los colores púrpuras y burdeos en vestimentas reales o de obispos.

Esos colores tempranos y frescos, elegantes por moderados, que dan brillo y luz a las pechinas del Pilar, Remolinos, frescos murales de Aula Dei o la intervención en la propia ermita de Muel del maestro. 

Hasta sus grabados y pinturas negras dominadas por sus demonios personales y que tanto inspiraron a las generaciones posteriores artísticas, fue un autor luminoso y pariente de Vermeer. Alegre, especial y enérgico, capaz del detalle sutil, aun encerrado en ese cuerpo que tanto parentesco tuvo como el de Francisco Rabal. Atractivo por directo y empecinado, con ojos de mirada de fuego.

En Muel y su loza, sin embargo, domina cierto monocromatismo azul cobalto. El estampado que está presente en las torres o los antiguos rótulos de las calles de Zaragoza y otras localidades zaragozanas, que tanto se echa de menos, cuando en Granada o Toledo ha sido mantenida la tradición.

Las cenefas ejecutadas para la familia Luna por los moriscos de Muel que afinaron y desarrollaron su tradición azulejera, hasta culminar su maestría en la celebrada pared norte de la Parroquieta de La Seo.

El vocablo castellano “azulejo” no viene sin embargo del color azul sino de la acepción árabe “al-zulaich”, o ladrillo pequeño. 
Naturalmente, como especial, producido para vitrificarlo

Como el arte musulmán más que árabe no fue sino el de la tradición parsi pasado por Bizancio, su cerámica ornamental recogió tanto la influencia de la magnífica cretense o egipcia como la del uso de mosaicos de piedras de colores de la Roma de Oriente. Tallados y cortados en piezas más grandes que los utilizados para los solados de las villas y monumentos romanos.

La palabra que utilizamos para designar el cielo y el mar comparte origen árabe y persa, “elazurd”, utilizada para denominar a esa gema azul ultramar que hoy conocemos como lapislázuli. 

Sin embargo, incluso lenguas peninsulares como el catalán utilizan la acepción de origen nórdico “blau”, quedando contra todo pronóstico la latina cian como la de menor uso y para designar un tipo de este color, de saturación entre el azul y el turquesa (lo que viene a ser un azulón de traje).

En aragonés, la cerámica de Muel también era blau o blava. Azul y azulejería de Muel son entonces dos arabismos encadenados.

Según se cocieran y las tierras y la presencia de más o menos cobalto, como puede comprobarse en la torre de la iglesia de Utebo, el resultado de los azules de Muel vistos desde abajo o en las aguas de un jarrón, oscila entre el turquesa y el azul marino claro, sin alcanzar el azul índigo casi añil o violeta muy oscuro, de ribetes de vino de garnacha.

Cuanto más noble la pieza y según los temas ornamentales como pájaros o motivos florales que eran los comunes en el principal alfar de la Corona de Aragón, el valenciano de Manises, más presencia se da para matizar e introducir segmentos lineales de verde Teruel o detalles dorados al conjunto en alas de pájaros.

Un paseo por la localidad abre la mente en cuanto al uso potencial actual de los azulejos, rotos y trabajados de mil maneras, en relieves o composiciones de arte urbano. Como otros por su cercana Alfamén o la más lejana localidad de Torrellas, cerca de Tarazona, trasladan el efecto de esperanza que introduce el arte urbano en localidades cuya población viene envejeciendo.

Un listado sobre las actividades artesanales patrimonio vivo de la Comunidad, manteniendo que una tradición que viene del siglo XIV no peligre, ya hemos apuntado que parece imprescindible para que perviva cocer y policromar barro en los alfares.

O de seguir comprándose solo en plataformas, hasta el zoco de Marrakesh se instalará exclusivamente por motivos de escenografía necesaria para el turismo.

09.02 Luis Iribarren

7.2.23

Plaza San Nicolás, Zaragoza años 80


Este es un dibujo del año 1982 que tengo desde entonces, de una autoría de la que duda. Creo que es Fomaleliemandy, pero a su vez creo que no es el nombre correcto pues no logro ninguna información. Sí es la plaza de San Nicolas en Zaragoza, en los años aproximados en los que estaría datada la obra. Un hermoso dibujo a pluma o un grabado en madera, pues también tengo dudas.

Efectivamente, tengo más dudas que datos reales, así que si alguien puede darme alguna pista más, muy agradecido.

6.2.23

Entre pantallas. Aragón fomenta el manejo de las nuevas tecnologías


Aragonesa de Servicios Telemáticos
, en colaboración con el Laboratorio de Aragón Gobierno Abierto y el Instituto Aragonés de Servicios Sociales del Gobierno de Aragón, lanzan por segundo año la iniciativa de «La Compañía» (Red de voluntariado y mediación digital entre mayores), una red de voluntariado y mediación digital para personas mayores de 65 años, cuyo objetivo es fomentar sus competencias digitales y darles herramientas para empoderarse y manejarse con agilidad en la sociedad digital actual.  

Dentro de esta iniciativa se van a impartir unos talleres de Iniciación denominados «Entre pantallas», en los que se abordará cómo obtener unas competencias digitales «básicas», aprendiendo a usar los dispositivos móviles para situaciones cotidianas y cómo hacerlo de forma segura. Como novedad, este año se han organizado talleres también en Huesca y Teruel.

Os invitamos a conocer más la iniciativa y a hacerla llegar a familiares y a amigos que puedan estar interesados. Las plazas son limitadas y la inscripción es obligatoria.

Aragón y su apreciación de la pobreza


Siempre son importantes las apreciaciones, el saber qué pensamos sobre nosotros mismos, aunque a veces estemos equivocados. Siempre hay algún motivo por el que nos equivoquemos, nada es casualidad. Este gráfico nos muestra una manera de pensar de los españoles, pero me quiero referir en concreto a los aragoneses.

Es un análisis del CIS que compara los resultados o respuestas del último trimestre de 2021 con el mismo trimestre del 2022, un año después.

Y se analiza las personas que se identifican como Clase Baja o Clase Pobre con arreglo a sus ingresos, a sus economías personales.

El cambio entre los aragoneses es brutal. Hemos pasado de ser la tercera Comunidad en ese apreciación (no son datos reales, sino lo que creemos los aragoneses que somos) a quedar de las últimas. Hemos cambiado desde un 5,9% de aragoneses que se consideraban pobres a un 14,1% de personas que un año después se consideran Clase Baja.

Pesimismo, Crisis Económica, Guerra en Europa, etc. Pero insisto es que es la apreciación de las personas, no los datos reales, y que está sucediendo lo mismo en todos los territorios de España, pero no todos lo ven de la misma manera.

5.2.23

Anuncio de La Zaragozana, años 30


Eran los años 30 del siglo XX cuando este anuncio de La Zaragozana se clavaba en locales comerciales del Aragón de aquellos años. Eran unas chapas que se atornillaban a la pared para publicitar la cerveza que aunque llevaba ya unas décadas fundada deseaba ampliar sus servicios y mercados. 

En el año 1898 varios empresarios aragoneses —entre ellos el en ese momento alcalde de Zaragoza: Ladislao Goizueta y Díaz— decidieron crear una empresa de cervezas para dar salida a la gran cantidad de cebada que en esos tiempos había en Aragón. 

Toda la cerveza que se ideó en un primer momento estaba basada en técnicas alemanas que aprendieron allí sus propios técnicos alemanes contratados para poder fabricar cerveza tipo Pilsen y Múnich. 


3.2.23

Después del PAR y Ciudadanos… ¿a quien le tocará?


En Aragón, pero también en toda España, no interesa nada que existan más de dos partidos políticos, es lo cómodo, lo sencillo, lo útil para ellos dos, y si a eso le sumamos las torpezas de todos los partidos políticos pequeños que están repartidos por Aragón, entendemos que el PP y el PSOE jueguen a jorobar a todos los demás, y que parte de los dirigentes de estos pequeñajos…, jueguen también a dejarse jorobar.

Ahora está el PAR y Ciudadanos Aragón en el punto de mira de quedar destruidos y absorbidos. Pero os puedo asegurar que no son los únicos aunque haya otras que sepan disimular mejor su situación.

Tras mayo 2023 es muy posible que todo quede relegado a dos únicos partidos grandes y a un puñado de dirigentes más o menos conocidos, de media docena de formaciones políticas diversas, que aspiran a seguir ocupando un puesto de trabajo. 

Que lo diga yo, tiene entre curiosidad y mala leche.

Aragón no se merece lo que le está sucediendo a nivel político. Tampoco lo que le va a suceder en los próximos meses. Pero de lo que no me cabe duda es de que le sucede lo que queremos los aragoneses que le suceda. 

Por cierto, con Zaragoza a la cabeza de todos los males políticos, con sus deficiencias en aumento, como otro desierto nuevo pero esta vez lleno de gente que pasa de todo y de todos.

Julio Puente

Zaragoza, segunda ciudad española en calidad de vida


Es curioso lo que nos cuesta en Aragón, en Zaragoza, reconocer lo bueno de nuestra zona de convivencia, de la suerte que tenemos por vivir en Aragón, en Zaragoza. Parece que solo sabemos quejarnos de lo que está mal, que sin duda hay motivos, pero son menores que en otras zonas, y además están componentes positivos que no siempre queremos valorar.

Una vez más Zaragoza ha sido elegida como la Segunda Mejor ciudad de España para vivir. Solo nos gana la escondida y alejada Vigo en donde tampoco hay que pensar que los LED y su alcalde tengan mucho que ver con esa elección.

Curiosamente Zaragoza ha sido elegida por tres bloques que a nosotros aquí nos parecen negativos. Así que tal vez haya que empezar a revisar cómo están en otras ciudades.

Un mercado inmobiliario suficiente y no muy caro.

Unos servicios sanitarios buenos.

Una oferta cultural muy suficiente y bien correspondida.

Vistos estos tres apartados, uno diría de entrada que quien los ha elegido como fortalezas de Zaragoza es que no ha estado en Zaragoza. Pero la realidad es la que es, aunque no queramos verla. 

El marcado inmobiliario está bien dimensionado y excepto en algunas zonas muy reconocidas, en un diseño concéntrico que no está excesivamente alejado de sus centros y con un buen sistema de transporte urbano.

Los servicios sanitarios no son en estos momentos iguales que hace unos años, pero son siguen llamando desde otros territorios para que les expliquemos como funcionamos, qué papel juegan los Consejos de Salud que ellos no tienen, de qué manera somos capaces de con poco dinero y hospitales obsoletos, lograr lo que logramos, con una Salud Comunitaria y una Salud Pública que funciona bien. No, so no tiene nada que ver con la Atención Primaria.

Y con una oferta cultural interesante, que ha perdido atractivo al perder economías, que se mueve en calidad y cantidad, a la altura a veces de las mejores ciudades europeas. 


2.2.23

Perro en la Zaragoza Escondida, observando


Un poco escondido para no molestar, tenemos en Zaragoza este perro guardián, que nos observa con una oreja doblada mientras las abejas le revolotean alrededor. Está callado, pero no os quiero decir en qué calle está, para que os sorprenda encontrarlo en lo alto, quieto y vigilante. Un pequeño pasatiempo urbano.