25.7.24

Alineaciones históricas de la joven democracia aragonesa


Siquiera mi padre y los del Hogar Navarro me impulsaran a ser, aún soy, de Osasuna
, de niño iba a la esquineta de la Romareda al fútbol, grada infantil sureste, de pie. Víctor Muñoz luchaba por un balón dividido en mitad del campo, echaba una carrera de búfalo por él, y los críos de la grada nos encogíamos no fuera a ser que traspasara la valla y nos arrollara. Esa que van a demoler donde pulula una parte del alma de mi infancia.

En el San Antonio del Barrio Jesús teníamos un equipo muy bueno, en la categoría regional y más aún en el Juvenil. Por él pasaron Villarroya, Vitaller o Latapia –y si no, por el Arenas del campo de Entrerríos-. En mi propia clase había varios elementos en la selección aragonesa de la edad, con especial recuerdo para un portero de los locos pero cuerdos, agilísimo al modo de Arconada o Buyo, que salía de maravilla y no se asustaba por nada: nuestro querido compañero Constantino Méndez Allué.

Los Salguero, los Lasheras, Galo en el fútbol sala,… la verdad que la cantera de futbolistas del camino del Vado era inagotable y la envidia cuando se podía jugar en campos decentes como el de Helios o los Stadiums. 

Está claro, si podías pinchar la pelota y controlarla en un campo en que botaba en gravilla o correr más kilómetros que Mariano Haro, aun fumando y vivir en aquellas calles de la Jota con postes de alta tensión a la salida de cada portal, convenientemente imantado y amamantado por leche de bolsa de la CLUZASA de tu calle sin pasteurizar, quién podía lo menos, podía lo más. 

Con Javier llegando al Real Madrid y la selección española, no siendo el primero al que elegíamos por pies –el que le cabía un pie a paso indio con otro, elegía al primero y Villarroya solía ser como el cuarto-. ¿Verdad, Frago?

Así que teníamos de todo, centrales imperiales con el pelo más Cheyenne que el de Sergio Ramos, falsos tochos en las porterías, gente que se meaba regateando a todo el patio de la escuela y… una docena de camisetas que picaban y nos cambiábamos sin lavarlas los equipos de fútbol sala. En aquella época en que curas y profesores trabajaban más por el barrio y nuestras familias el fin de semana que dando clase.

Así que, no habiendo visto a los Zaraguayos, mucho menos a Carlos Lapetra el mito oscense, pero sí vivido con mis primos lejanos Bustingorri y Tirapu en Osasuna y el primero hasta la selección, vaya mi alienación de réquiem por la Romareda aluminosa. La del año 1979, porque también fue la del primer Ayuntamiento democrático de Zaragoza:

Irazusta (o Nieves); Casuco, Antic (qué fino, por favor…), India, Benedé; Paco Güerri (honradísimo montañés), Víctor, Pérez Aguerri (de Milagro, donde desemboca mi río Aragón), Barrachina; Valdano (made in Alavés), Pichi Alonso (súper ratón del área pero bastante elegante).

Qué bien hablaba aquel equipo, qué poetas. Qué bandos daba Ramón Sáinz de Varanda con su chaqueta de cuadritos que picaba –mejores que los de Tierno-, rodeado por el historiador bajo aragonés especialista en los fueros perdidos Gonzalo Borrás Gualis, Luis García Nieto cuando era muy guapo y el Mitterand de Zaragoza en el Damasco de San Miguel y Luis Roldán, el de Mercazaragoza, en pose de Balbín y recientemente fallecido.

Cómo le rebatían en las bancadas trotskistas o del Movimiento reconvertidas a juancarlistas: Emilio Eiroa, Paco Polo, el gran jurista de la UCD Juan Bautista Monserrat –apellido aristócrata en Zaragoza- o el notario especializado en instituciones forales civiles aragonesas y carismático Miguel Merino.

Por poco superan a la alineación emblemática mejor de la historia de Aragón, la de la Sociedad de Amigos del País de la Ilustración Aragonesa, con la que jugaremos con un 4-1, 4-1 como homenaje al león de Torrero, el fantástico líbero José Luis Violeta:



Portero: 

El Conde de Aranda (Siétamo, Huesca): por lo que le tocó parar

Defensas:

Lorenzo Normante y Carcavilla (Berdún, Huesca: economista político y abogado)

Pedro Vicente Jordán de Urriés (de Ayerbe, pero nacido en su palacio de la Alfranca, economista y amigo del primero)

Manuel Bayeu y Subías (fraile cuñado de Goya y excelentísimo pintor neoclásico donde la Cartuja de Monegros)

Juan Altamiras (lateral izquierdo por su conciencia social y fraile cocinero revolucionario de Alpartir, con notable influencia de Ruperto de Nola y legatario de la misma a Teodoro Bardají de Binéfar, el mejor cocinero de la Restauración)

Medio centro, él solo:

Francisco de Goya y Lucientes (no vamos a presentarlo, pero revisadlo como visionario en su Capilla Sixtina de Aula Dei).

Medios punta:

Aquí juega sola toda la nobleza culta oriental oscense (Pedro María Ric, los Carpi de Binéfar, los descendientes de los Argensola de Barbastro, los Bardají grausinos y, especialmente, José Nicolás y Félix de Azara, de Barbuñales). Todos ellos gentes de gran vivir, botánicos avezados, científicos y viajeros notables que introdujeron desde Huesca y sus montañas la Ilustración en España.

A los que añadir un banquillo excepcional, dado que en la selección aragonesa somos del Tiki-taka, compuesta por Ramón de Pignatelli –especializado en despertar a incrédulos-, el navarro trasplantado a Villamayor y pionero minero en el valle de Chistau: Juan Martín de Goicoechea y al zaragozano de origen jacetano Ignacio Claudio de Asso y del Río (su madre bilbilitana, apellido de joyeros).

Delantera centro sin discusión:

Josefa Amar y Borbón (brillantísima pedagoga y gran escritora, bautizada en San Miguel y descendiente de notables médicos por sus dos ramas familiares).



En fin, aragoneses por los que pagar muchas entradas y nos quedarían numerosos turolenses en la recámara, con mención especialísima para Isidoro de Antillón.

Ojalá los reconociéramos con simposios, calles y homenajes a estos precursores del Aragón verde en cintas que nos descansa de la calor en verano, del mismo modo que la presencia de Jovellanos, su recuerdo de que allí plantó cuatro chopos, está felizmente presente en los suelos de las calles y alamedas de Gijón.

Con todo pendiente para Aragón, que es una suerte… esto me ha recordado la demolición de la Romareda y su Gerencia de Urbanismo, el cuboooo mañooooo….

23.07 Luis Iribarren

23.7.24

¿Sería bueno que las instituciones aragonesas compran obra de Goya en subastas?


Este es un dibujo preparatorio de Francisco de Goya hecho en sanguina sobre papel para uno de sus Caprichos posteriores. Representa a una mujer que es perseguida por un gran pájaro y un demonio en un tamaño A4 más o menos. Va numerado con el 12 y perteneció al embajador de Uruguay en España Julio Casas Araújo de mitad del siglo XX.

No se sabe la fecha exacta de estos dibujos, que se creen realizado entre los años 1780 y 1820. Ahora en este verano de 2024 se ha subastado desde Montevideo, que es donde se encontraba junto a otras piezas de Goya.

Este dibujo en concreto titulado "Capricho" se vendió en la subasta por un precio final de 15.000 dólares, algo más alto que los otros dos, pues "Tauromaquia se vendió por 13.000" y "Majos" por 8.000 dólares. Es verdad que cada uno puede pensar si es conveniente o no intentar traer a Zaragoza más o menos obra de Goya, que sea más o menos conocida. Seguro que hay tantas opiniones como dólares.