25.7.18

Lápiz de la Base Americana de Zaragoza

Es la curiosidad del día. Me ha llegado esta imagen de un lapicero de los que regalaban en la antigua Base Americana de Zaragoza, en concreto del Departamento de Bomberos. Y sin duda hay que recordarlos pues en más de una ocasión este departamento apoyó las labores de rescate y extinción de los bomberos de Zaragoza. En concreto y como más conocido, en el incendio del Hotel Corona de Aragón. Muchos de ellos eran trabajadores zaragozanos adscritos a esa unidad de bomberos de la Base Americana.

Nota.: Imagen cortesía de Luis Iribarren, a través de Antonio Ripoll

9.7.18

Crecen los nuevos zaragozanos

Hace una semana hablábamos aquí de unos nuevos zaragozanos recién nacidos que se empezaban a pasear por el Parque José Antonio Labordeta. Han crecido, están ya con ese comienzo de plumas que les da garantía de vida. pero no están todos. Fueron 9 los del principio, ahora ya solo hay 7. Serán los más fuertes.

2.7.18

Universidad antigua de Zaragoza. Mal digitalizada

Nos resulta muy complicado lograr a veces imágenes de la Zaragoza antigua que tengan unos niveles de calidad suficientes. Me ha sucedido con esta imagen de la Colección Juan Mora, donde vemos la antigua Universidad de Zaragoza, la que estaba en la Plaza de la Magdalena.

Muchas veces se ponen de forma pública imágenes de la historia de nuestra ciudad con unos criterios de calidad muy escasos, y resulta imposible poder solicitar una copia en mejores condiciones. No tengo ninguna duda de que en unos años todo esto estará otra vez digitalizado con una calidad excelente y puesto a disposición del público, pero de momento nos tendremos que conformar con lo que tenemos. Imágenes actuales digitalizadas a muy poca resolución, y comprimidas en unos .JPG excesivos por falta de espacio en los discos duros donde los almacenan. Y aunque parezca imposible, esta es la verdad. El trabajo es el mismo para hacerlo bien que para conservarlas mal.

Esta imagen es de principios del siglo XX, muy posiblemente a finales de los años 1910.

Nuevos zaragozanos, y de otra raza

Por estas fechas siempre me entra la necesidad de poner una imagen con los nuevos zaragozanos que nos van creciendo por los parques y ríos de nuestro entorno.  En el Jardín Botánico del Parque José Antonio Labordeta han nacido patos que ya saben subir y bajar perfectamente desde el agua a la tierra. Hace un par de días solo la mitad lo lograban. Cada vez más, Zaragoza es una ciudad donde convivimos más diferencias.

Democracia Cristiana Aragonesa. Aragón 1977

Empezamos con esta entrada un repaso a las diversas candidaturas que se presentaron en Aragón a las primeras Elecciones Generales celebradas el 15 de junio de 1977, apenas año y medio después de la muerte del Dictador Franco.

Una de las características de esas elecciones, quizá por su carácter fundacional de la Transición, fue la presencia de numerosísimas opciones políticas que se disiparon a los pocos meses. No había precedentes válidos ni estimaciones sobre cómo se podía comportar la población tras haber sufrido 40 años de dictadura. Por ello, ideas que parecían buenas, resultaron no serlo. 

La nueva España de la Transición era demócrata cristiana pero ninguna formación con estas siglas obtuvo buenos resultados. Tal vez motivado por los largos años de convivencia entre la Iglesia y la Dictadura. O por el tirón mediático del que se alzó con el poder, un joven Adolfo Suárez apoyado entre otros por los poderes económicos de aquellos años.

Como ejemplo positivo para Aragón —y os dejo una pegatina de esta formación— la Democracia Cristiana Aragonesa presentaba en su membrete de organización ser exclusivamente aragonesa, defendiendo una ideología homologada a nivel europeo, y conformada por profesionales, acaudalados empresarios y prestigiosos profesores, como su líder José Luis Lacasta Bermejo, catedrático de Derecho Civil en la Universidad de Zaragoza.

Aunque los resultados no fueron insignificantes dado el elevado número de candidaturas presentadas por Zaragoza, no alcanzaron los resultados mínimos previstos por ellos y se desistió continuar el proyecto. Duró como partido político pocos meses pues se legalizó en el mes de marzo de 1977 para poderse presentar a las elecciones, aunque ya existió como organización desde el año 1976. 

En la primavera de ese año se constituyó la Alianza Democrática Aragonesa, formadas por los grupos: Democracia Cristiana Aragonesa, de Lacruz Berdejo, Izquierda Democrática, de Ruiz-Giménez y la Federación Popular Democrática, de Gil-Robles. 

Su ideología fue presentada en aquel 1976 como: una agrupación política que busca el integrismo, el inmovilismo y el nuevo falangismo por un lado, y la democracia marxista por el otro. Como podemos ver en estas palabras, parecen imposible de entender excepto si somos capaces de irnos mentalmente al año 1976 y a una sociedad que salía de 40 años de dictadura.

Eran partidarios de la reforma política, sin llegar al marxismo pero defendiendo la legalización del PCE, y a la hora de su constitución han excluido a personas nacidas al abrigo del Movimiento y sitúan su margen en la UDE. Federalistas y no centralistas, intentaron que Aragón tuviera unas opciones Demócratas Cristianas propias.

La candidatura al Congreso en Zaragoza obtuvo un 1,38 % de los votos, siendo superada ampliamente por la Unión del Centro Democrático (UCD) y por la candidatura independiente creada por Hipólito Gómez de las Roces.

Los resultados de las candidaturas al Senado en Teruel y Zaragoza tampoco fueron relevantes. Ello llevó a la organización política Democracia Cristiana Aragonesa a se disolviera a los pocos meses, integrándose algunos de sus miembros en la entonces creciente UCD que abría sus puertas a pequeñas formaciones conservadoras que deseaban continuar con el trabajo político desde la democracia y organizadas alrededor de una formación fuerte y con implantación en todo el Estado. Aragón se volvió a quedar sin representante político propio en un segmento ideológico que ocupó el poder y la gestión de España de la mano de Adolfo Suárez unos largos años.

Nota.: La imagen pertenece al Archivo Tiempos de Lucha y Esperanza y en el texto ha colaborado Manuel Gálvez