31.10.20

No saben donde está Teruel, Zuera o Daroca. Los informativos no informan bien


El desconocimiento de Aragón como territorio"Real" es tremendo fuera del propio Aragón. Esta semana fue primero la Sexta que puso en un mapa a la ciudad de Teruel entre Caspe y Lérida en un informativo. Hoy ha sido El País que ha puesto Zuera junto a Sos del Rey Católico o Artieda. Tampoco están bien ni Daroca ni Teruel, pero como es por menos distancia no nos quejamos.

¿De verdad es tan complicado no revisar, no mirar antes de poner al tuntun la posición de las localidades y ciudades aragonesas? Aragón Existe, y un poco más de conocimiento no estaría nada mal.



¿Sabías que…? Viviendas sobreocupadas en Zaragoza, por Barrios


Al menos la teoría nos dice que un Piso sobre ocupado, lo que en algunos espacios informativos llaman "piso patera" es aquel que tiene cinco o más personas empadronas en un espacio inferior a los 80 metros cuadrados. Generalmente estos datos coinciden casi en su totalidad (hay excepciones de familias numerosas con poco recursos) con piso donde casi se hacinan personas que generalmente además de tener muy poco ingresos, son personas que han venido desde otros países a trabajar aquí por sueldos escasos y una dignidad laboral que nos da miedo conocer.

Pero esos pisos sobre ocupados no se reparten por igual entre las distintas zonas de Zaragoza. Si dividimos la ciudad de Zaragoza en sus 35 Zonas de Salud, no vamos a encontrar datos totalmente diferentes.

Mientras que en Delicias sobre el 25% de sus viviendas entran en esta categoría, en la zona de la Romareda y Seminario no superan el 1,16%. Casetas, Venecia, Las Fuentes Norte, San José Sur, San Pablo u Oliver son zonas que se mueven entre el 20%

Pero Miraflores, Utebo, Parque Goya, Santa Isabel, Miralbueno y Garrapinillos, y el ACTUR Sur y Norte se mueven sobre el 5%. Son cuatro veces menos que los barrios anteriores. ACTUR Oeste se supera el 7%.

Esta tremenda diversidad de la Zaragoza que todxs nosotrxs pisamos y vivimos nos lleva a entender que no hay una sola Zaragoza sino varias, y que los problemas son bien distintos entre barrios, como lo son sus necesidades. Cuando hablamos de Zaragoza, tenemos que entender que la pobreza se concentra en ciertas zonas, no siempre bien reconocidas, y que esto supone un empobrecimiento global de la ciudad.


30.10.20

¿Sabías que…? Viviendas interiores en Zaragoza

¿Sabías que en la ciudad de Zaragoza el 27% de las viviendas son interiores y en estos meses de pandemia y confinamiento sus habitantes no podían ver la calle e incluso en algunos casos muy poco el cielo y nada el sol, a veces con una ventilación deficiente?

29.10.20

¿Por qué en Aragón la pandemia está atacando más que en otras zonas?


Los niveles de riesgo de la pandemia desde julio hasta ahora a finales de octubre ha sido desigual en cada zona de España como vemos en el gráfico de arriba realizado por El País. ¿Cuál es el motivo de que en Aragón se haya cebado la pandemia así de potente?

Somos un territorio muy amplio y muy despoblado. No tenemos turismo abundante, el que hay está normalmente al aire libre y muy repartido. No somos tampoco un territorio por donde pasen un exceso de personas descontroladas, pues incluso no paran en Aragón los que lo cruzan. 

Nuestras fiestas patronales no son mayores a las del resto de España, incluso al ser una zona con poca población, no debería ser el motivo de la diferencia con otras zonas. No somos tampoco una sociedad que esté en la calle más que otras autonomías, no tenemos un aeropuerto por donde entren personas ajenas, tampoco puertos ni estaciones ferroviarias importantes. 

Podemos observar todo lo contrario en Andalucía o Comunidad Valenciana, incluso podríamos observar los datos de Extremadura con quién coincidimos normalmente en muchos datos estadísticos. Nadie se parece a Aragón.

Yo no sé explicar los motivos por los que Aragón tiene estos datos tan malos. ¿Los trabajadores del campo? Pero esa misma realidad e incluso aumentada la tenemos en Andalucía o Extremadura. ¿El clima? Podría ser un dato a analizar. Seco y cálido como en las Castillas, pero allí los datos de incidencia media tardaron 45 días más que en Aragón. 

Nota Ampliación.: Hoy se publica que una variante del COVID-19 originada en un principio entre Cataluña y Aragón en verano se ha extendido a Europa, según un estudio científico publicado este jueves (todavía no revisado), esos casos estaban causados por una nueva variante del coronavirus Sars CoV-2, denominada 20A.EU1, que se habría convertido en la más extendida en la segunda ola europea. La mutación se propagó inicialmente entre los temporeros de estos territorios y después al resto del Estado. “Esta variante se exportó desde España a otros países europeos”, apunta el estudio, y ahora representa la mayoría de los contagios en varios países europeos como Suiza, Irlanda o lo Reino Unido. La investigación sugiere que la expansión de la mutación a Europa está vinculada a la vuelta de las vacaciones desde España.

Spanocchi amortizado en Jaca, (Huesca) belleza sin tensión suficiente


Cuando todo se pone feo, o al menos relativo, y ya no quedan casi bares abiertos como identidad aragonesa o nacional; atendido el recordatorio constante de la gripe española en esos países en que la pandemia también galopa –pues todos tienen mano de obra semiesclava con tendencias al degüello y no a juzgar con derecho a tres discursos previos como desde Sócrates-; una visión sobre la impotencia de las fórmulas ensayadas de contención nunca está de más.

La frontera aragonesa y pirenaica está jalonada con fortificaciones inútiles pero que dotan de carácter a las poblaciones que las albergan, erigidas bajo la dirección del ingeniero sienés especialista en ciudadelas: Tiburcio Spanocchi.

Caí en la cuenta en Fuenterrabía de la importancia pero futilidad de esos fuertes como el castillo de la localidad, el de la cercana San Sebastián en el Urgull, o los de la Aljafería de Zaragoza, Berdún, Aínsa o Jaca.

Por lo menos los diseñados por el francés Vauban y sus bastidas han sido declarados Patrimonio de la Humanidad. No así los que centralizan con un espacio hoy verde y con uso civil los conjuntos urbanos pamplonés o jacetano.

En una lucha vírica de alcance desconocido que se narra en términos de terminología de guerra como la de la pandemia de la gran marejada, he vuelto mi mirada hacia estos almacenes y fortificaciones que inspiraron los efectuados en el Siglo de Oro en las principales ciudades americanas. Los de Cartagena la colombiana, Veracruz o La Habana, para la protección de los galeones de la ruta americana con destino único Castilla.

No es de hoy, las medidas preventivas siempre son adelantadas y arrasadas por la tecnología. Hay un interés evidente en que volvamos la vista al milagro redentor, al egoísmo diferenciador, al golpe de tuerca de la investigación a ensayarse cuanto peor mejor.

Los fuertes belgas o de la Línea Maginot se revelaron expugnables por bombardeos masivos y de mayor calibre. En la Primera Guerra Mundial también se supo que la lucha contra patógenos y plagas de los cultivos, liderada por judíos, podía llegar a ser utilizada en su contra.

La Ciudadela de San Pedro de Jaca, erigida tras demolición del Bornao, o el bunker de Rapitán, insuficientes antes de ser puestos en servicio si hubiera habido suficiente voluntad invasora de cualquier agente patógeno exterior. Al menos dejarían las comisiones correspondientes que siempre se producen en las obras de emergencia.

La relación de qué pueda tener de bueno, o de oportuno para tantos, la retirada y hundimiento de los frentes de la segunda ola de la pandemia en términos estratégicos queda aún por ser escrita.

La victoria obtenida tras el primer confinamiento dejándose a tanta gente en el camino, los incentivos al consumo y apelación a plantar cara desde la trinchera económica, sabemos hoy que se obtuvo con un carácter más que pírrico.

Porque muchas veces es mejor retirarse y no plantar batalla, ni cruzar los Pirineos con elefantes según con qué costes.

La prudente Portugal republicana o a veces monárquica, donde sus gentes no soplan jabón para hacer pompas, no goza con la superficie iridiscente de las burbujas que dura tan pocos segundos. A cambio, no se lamenta de su estallido.

Los riesgos de la vida tensoactiva en exceso son los que son, y las ciudadelas no alcanzan para parapetarnos. A cambio, el glamour de la vida en la calle del que hemos disfrutado varias generaciones…

Y es que ahora sí que ya no nos da la vida.

27.10 Luis Iribarren


26.10.20

En 1977 se hizo en Aragón, pero ahora es imposible


Nada mas entrar España en Democracia a la muerte del Dictador, había que explicar todo lo que nos estaba sucediendo, incluidos los cambios sociales, las realidades de cada territorio, las particularidades de cada ideología. Y fueron surgiendo diversas colecciones de libros que intentaron realizar esa pedagogía básica y que hoy ya en el siglo XXI nos vendría muy bien pues se nos ha olvidado todo.

No se buscaba nada que no fuera informar y formar. Y es curioso pues existiendo todavía un aparato represor en censura que actuaba contra revistas y periódico casi con saña en algunos casos, se permitía que se publicaran colecciones de libros que ayudaran a entender lo que era básico en Europa, en el mundo libre de nuestro entorno.

En Aragón se realizaron varios trabajos muy interesantes, y desde la Editorial Guara o desde el periódico El Día o desde el semanario Andalán, se trabajó el dar a conocer Aragón y nuestra historia y personalidad. No a la altura de lo que podía hacer Cataluña pues sus economías eran bien distintas.

Todo esto es hoy un desierto. Parece no interesar nada a los aragoneses saber qué es Aragón, fuera de conocer senderos para pasear o recetas de cocina, aunque algo es algo, sin duda.

Este es un anuncio de la Colección Básica Aragonesa de Editorial Guara. Pequeño libros con una gran temática.

Esta Navidad zaragozana será sin brillos


Ya se ha cancelado en Zaragoza la Cabalgata de Reyes, sí la del 6 de enero, la de dentro de dos meses y algo, y se está analizando si se monta o no el enorme Belén de la Plaza del Pilar, tras suspender los mercadillos de calle que se montan en la Navidad zaragozana. 

Todo parece sucumbir de nuevo ante la pandemia de un COVID que nos domina como unos flojeras desobedientes. 

Nos quejábamos de que nos habían robado el mes de abril y es mentira, nos lo obligan a vivir dos veces pero vacío. En abril y en noviembre. Será una Navidad sin calle, sin luces, sin color. ¿Nos dejarán comer turrón?

14.10.20

Shinji Okazaki de sakura y albahaca oscense


Ha venido un ciudadano del mundo a jugar en el Huesca, de sakura y albahaca. Un falso nueve, no en el sentido aragonés, que es un discípulo filosófico de Kawabata y Bashoo Matsuo. El segundo escribió este haiku que podría haber firmado Beulas en un cuadro:

A la intemperie, se va filtrando el viento hasta mi alma

No conozco personalmente y ya me gustaría a Okazaki Shinji, pero este año estoy más pendiente del devenir de la Sociedad Deportiva Huesca pasada por lejía que tiene una pinta extraordinaria en Primera. Que ha mantenido su caballería pesada que es gallega, madrileña o vasca al servicio del Alto Aragón.

Resulta que me han hecho poéticamente socio de la peña barcelonista del equipo, lo que he aceptado porque una de las más grandes historias de amor de mi mejor amigo Amadeo Ibarz, la que tiene con su madre, guarda profunda relación con cómo le alivió durante una estancia médica inconsolable, hacerse el socio número uno de un equipo de Tercera, cómo le encajaron sus raíces ribagorzanas y jacetanas en la superación del trance y su crecimiento personal, que ha sido el del equipo del Alcoraz. 

Los dos tan tenido fruto, y este artículo va a emparentar para siempre a Okazaki con su hija Mar.

Es más fácil quizá, como le pasó a Robinson en Osasuna, identificarse con un proyecto limitado que llamarse Kagawa y venir a una ciudad y equipo cosmopolitas como nos gustaría que siguiera siendo incluso a los oscenses en Real Zaragoza y que ha contado con paraguayos, brasileños o serbios como arietes de prestigio mundial. 

Era un mapamundi para los que jugábamos en otra liga y de cuando en el Alto Aragón se bebía San Miguel pero se seguía a Aragón y compañía.

Esos equipos que junto con la FIMA, el CITA de Montañana, la Base y sir Kevin Magee, al que me imagino perfectamente de suplente en los Lakers de Kobe, han puesto a Zaragoza en el imaginarium colectivo. Nada que objetar al norte de La Paúl.

En el caso de Kagawa, ha llegado una flor de cerezo sin gotas rosadas de sangre. Derramando solo en ocasiones sus gotas de jugador fino e intrascendente, completando un servicio de té que la ciudad usará una tarde al año.

Desde luego no se irá como zaragozano porque el carácter no le acompaña como en los casos de Javi Ros, de la taifa tudelana, Pep Cargol, Esnáider o Aguado defendiendo a la capital de Aragón como cuatro almogávares. Son minoría porque la capital metrópolis del Ebro siempre da para mucho más, o eso se barrunta.

Como el valle no necesita ser repoblado, los nuevos aragoneses como Okazaki –o antes Bryan Jackson en otra magia- que caen de pie, con espíritu de lucha samurái o de mormón del duro oeste donde Utah, son algo más que artistas de altavoz. Son embajadores que necesitan seguir, como sucede con Mikel Rico, esa relación con el desierto y las puestas de sol en la Sotonera.

Contra lo que su apellido significa, los polisílabos nombres japoneses agrupan dos accidentes geográficos, es un practicante de bushido de secano. Un caballero que tiene en la mentalidad seguir trabajando sin desfallecer, con un pensamiento coincidente con el lema del Huesca, ese de sin reblar y la cuatribarrada en cabalgada hasta Murcia pero los símbolos en la camiseta no se traducen en eso según la directiva.

Okazaki es nombre de mar, de visión última de emigrante japonés de finales del XIX de Kobe, de donde es el artista, hacia California o las costas de Perú que ve por última vez Japón. 

Es un precioso apellido poético que significaría de forma aproximada "Cabo con colinas". Con seguridad será un amante y profundo observador de las penínsulas arboladas que se remeten en las costas de los pantanos de Barasona, la Peña o Búbal pues son él.

Vamos a contarle a Shinji 
Okazaki un cuento a lo Mishima que le gustará.

Una vez, un grupo de locos amantes de la cultura japonesa transformaron las campas del Castillo de Loarre en una justa pacífica floral, en sede de una comida campestre. Tras contemplar en educados grupos las flores de los cerezos centenarios de la huerta de Bolea.

Esos mismos, que barruntan de dónde viene la rasmia de Shinji, eligieron Huesca ciudad como uno de los lugares ideales para la difusión tranquila de la cultura japonesa dirigida a jóvenes. Con la realización de talleres de manga, moda japonesa y otros juegos de rol.

Porque entendieron, como ha hecho Okazaki ¿a la inversa?, que Huesca tenía la dimensión y geografía perfectas para intentar una relación propia en que no invertir muchos recursos con Oriente y Japón, al no estar tan lejos del lugar natalicio de Francisco de Xabier.

Que alguien se lo cuente porque le va a emocionar, y veremos si la Sociedad Deportiva Huesca tiene esa visión y misión provincial, necesaria según quienes somos sus patrocinadores.

Si Iniesta puso como condición vender su vino para firmar por el Vissel Kobe, es menester que el nuevo oscense presentado no termine nunca su vinculación con su shogunato seco y despoblado de acogida. Con su nueva taifa con carrascas y alfombra de flores de febrero.

Puesto que tiene alma de samurái, habrá que llevarlo debajo de un almendro de Alquézar y de paso nos queremos mejor los demás.

13.10 Luis Iribarren

13.10.20

Plaza de Los Sitios de Zaragoza. ¿Alguien se acuerda de ella?


Esta es una clásica isla urbana en Zaragoza, pero podría estar en New York, en Berlín o en Oporto. Son similares en algunos casos. Excepto en el valor que la ciudad le pone a su cuidado, a su uso, a su valor. En el caso de Zaragoza, mucho menos.

Cualquier ciudad importante del mundo occidental aplaudiría hasta cansarse por tener una plaza como la de Los Sitios de Zaragoza. Céntrica, amplia, llena de vegetación, bien diseñada, rodeada de calma, y de Museos, Colegios o Instituciones sociales y culturales. 

Una auténtica isla con mil posibilidades para ser el corazón escondido de Zaragoza.

Pero veamos la isla urbana de la Plaza de Los Sitios de cerca.

Lo último que se ha hecho en ella ha sido un garaje subterráneo en el lugar donde iba a montarse la ampliación del Museo Goya. 

Sigue cerrada la Escuela de Artes Aplicadas y también la Casa Albareda o la Casa Moneva. Tenemos unos usos irregulares del edificio de Ibercaja en la Plaza Los Sitios, que podría poner todavía más en valor los usos de la plaza. Podríamos negociar con Hacienda, con la DGA y con el ejército, algunos edificios exquisitos para poner en mas valor en la plaza. Están los edificios públicos de la antigua Casa Socorro y la Caridad (excelente trabajo el que desarrollan).

Podríamos tener los riñones y la osadía de volver a traer el Quiosco de la Música que hoy se nos muere en el parque José Antonio Labordeta. Y llenarlo de músicos los días festivos, claro. Tenerlo parado es una idiotez. Pero claro, está en el Centro. 

Y en las últimas décadas nuestra corta visión urbana nos dice que desde la izquierda el Centro es para los ricos y no hay que beneficiarlos. Y para la derecha el Centro es de los ricos y no tiene que notarse mucho que se les beneficia. Somos… somos idiotas. Urbanamente un despojillo de ideas.

11.10.20

La Virgen del Pilar, pero la de Valencia


Ante unas Fiestas del Pilar atípicas e irrepetibles donde incluso visitar la imagen de la Virgen en Zaragoza casi está prohibido, ponemos aquí la de Valencia en lugar de la de Zaragoza, pues tanto monta, monta tanto. Si se cree daría igual, y si no se cree también daría igual.

5.10.20

Ruta Joaquín Carbonell. Esa Aragón TV de éxito


Aragón TV está repleto de programas que presentan un territorio que bulle
, protagonizados por gentes que han elegido un proyecto y se han asentado en su lugar de origen –no precisamente desde cero sino que seguro sobre patrimonio familiar- a las que se le obliga a actuar, a tener sueños sin depresión. Tienen un sueño que pueden desarrollar porque seguro que tienen crédito en sus dos aceptaciones.

En ocasiones, estos espacios son de contenido nostálgico-lacrimógeno y excelente factura audiovisual, al modo de los programas de La 2 producidos en Sant Cugat. Que siempre serán superados por su calidad estética y porque al silencio se le debe dejar hacer por la obra del fotógrafo de Ojos Negros: Miguel Sebastián, que ha tratado la piel arrugada de Teruel como Gervasio Sánchez la de Mostar.

Entre estos programas, está el caso de la reciente reposición de “Sin Cobertura” en la que se machaca sistemáticamente a los invitados con las mismas preguntas sobre ese nuevo mantra del vaciamiento y que por qué.

Como dijo Severino Pallaruelo en uno sobre mi montaña, la generación de mis padres salió expropiada o ni eso. En parte porque quisieron y para vivir mejor, en mayor aún porque necesitaban vivir con dinero cuando éste empezó a correr en los 50 y la vida ya no era solamente subsistir sino las letras del pisito y del primer 600, quien pudiera.

Y, efectivamente, con su valiente decisión migratoria permitieron que muchos estudiáramos en su lugar. Y los corrales que se espalden, que ya nadie trilla. Es hermoso verlos careados o hundidos, solo se han arreglado por orgullo competitivo. El vacío se sabe exactamente de cuándo viene con sabor a Polo de Franco de desarrollo.

Los pueblos turolenses no son sino el revés de la cara de los barrios y cascos históricos, incluso de ciudades intermedias y en toda España, vaciados sistemáticamente de parejas jóvenes con hijos que han salido a vivir en bloques de protección oficial o unifamiliares.

Expulsándolos en cada generación de su kilómetro 1 para comprar de todo, el de su primer colegio público –que si es concertado se viaja desde crío-, a los desarrollos urbanísticos que ha convenido y que ha habido que dotar, cicatrizando, tras veinte años de capitanas por las calles con fondos que no resisten el análisis coste beneficio.

Suturadas las distancias con autobuses lanzadera, no solamente Zaragoza, sino también Monzón y mucho más Jaca o Benasque han triplicado superficie para los mismos habitantes hoy insostenibles pero menos afectados por la falta de ventilación en caso de pandemia.

Ahora bien, el alcance poético y de hondura de los protagonistas del programa de la falta de cobertura que condujo un gallego que cunde mucho regeneracionista –generalmente urbanitas con raíces trasplantados o ni eso- eleva su emoción en capítulos determinados. Especialmente duros y hermosos los dedicados a las comarcas turolenses.

Se repuso hace un mes el de Cuencas Mineras y pudimos viajar al presente y pasado de la comarca con Joaquín Carbonell, ese ruiseñor de preciosa voz de cantante de orquesta de boleros.

Pasado e historia del poeta y su familia quedaron cincelados, como aquellos fríos de madrugada de ir a varear olivas que yo también recuerdo y aún viví, aunque poco, en mi niñez. Como aún hoy me viene, si fijo bien la mirada en las huertas, el sabor de las almendras en leche o cascadas y de los casbabillos de viña de cascajo, plantados los árboles leñosos y oliveras entre las hileras de garnacha vieja pero no ácida.

Un viaje con Joaquín necesita de poca planificación y empuje para subir ese tres mil con vía ferrata hasta una cumbre fina pero engañosa de profunda cultura popular que resultó ser la amalgama o Planeta Carbonell, como poliédricos y no solo nerviosos emprendedores neorrurales con otros salvo que el territorio, como ha hecho a veces, compre habitantes.

Es una necesidad hacer este recorrido para mantenernos vivos nosotros, dándole nuestros ojos a su obra imperecedera que fue peripatética más que propia de panteón costista.

Para tal propósito, debemos viajar a ese corazón minero turolense que queda en los lugares que salpican la sierra de Arcos. Centenares de kilómetros cuadrados bordeados por las nacionales, al sur del Desierto de Calanda, a los que necesariamente ir de propio a comer una tortilla de habas jóvenes en sus agujeros negros.

De colores, mesetas de mina abandonada y tozales de todos los tonos de granate, la comarca de Alloza y Andorra alberga foces y puntos de energía tan evidentes como el Monasterio del Olivar.

Después, en AVE, autobús o coche propio sin mascarilla, seguir la trayectoria vital de Joaquín Carbonell y la emigración aragonesa en Barcelona. Dando una vuelta por la ciudad alta del entorno del Camp Nou y la Universidad por distritos que fueron pueblos, con callecitas de iglesia gótica ya descritas por Pla o Segarra, que remedan la calle Terminillo de Zaragoza.

Perderse por Sants, Pedralbes, les Corts o Pueblonuevo huyendo de la Barcelona que hasta hace poco ha sido destino de cruceros y que dejó de frecuentarse por los barceloneses, la de debajo de la Diagonal hasta el mar.

Obligada la visita demorada a la cara menos visible de la postal mudéjar de Teruel, lugar de adolescencia y educación afectiva para el poeta. Una parada y recuerdo desde el Óvalo al Instituto Vega del Turia y su salón de actos que porta el nombre del Abuelo, donde Joaquín empezó a componer y actuar a lo Brassens con su particular voz de carburo. Tan bien timbrada.

La ubicación del Instituto de enseñanza cerca del río, unión del de aguas blancas con el Alfambra, al pie de la Escalinata del Óvalo diseñada por el ingeniero José Torán en estilo neomudéjar y fantásticas cerámica y forja, lo convierte en el entorno más parecido a la Residencia de Estudiantes de Madrid y al Instituto Goya de Zaragoza que haber pudiera. Será que el urbanismo de calidad genera talento.

Tras ello podríamos según el propuesto hacer una ruta de teatros franceses o argentinos donde tuvo la suerte de actuar.

Por ser más modestos y no por falta de perras, a la vuelta de pasar dos días en Teruel provincia, proponemos un paseo por las inmediaciones del Teatro Principal con pincho obligatorio en el Circo, y subir Indepedencia arriba con café y exposición en el Paraninfo de Plaza Paraíso hasta una comida en cualquier restaurante de su Barrio del Carmen, cercano a la sede del Periódico de Aragón.

Esa vida cotidiana del genio tranquilo, eje de la obra de Tabucchi porque Joaquín también fue un portugués disimulado y perfumado de rasmia.

Este recorrido quedaría incompleto por poco norteamericano. Me quedaré con el recuerdo la última vez que lo vi de cerca en bodega Vinos Chueca de Casetas, tras presentación de recopilación poética fascinante.

Bar propiedad de uno de sus dos últimos compañeros de aventura y banda, por el que también cayó el otro, bien salau de flequillo con remolino.

Creándose un momentáneo espacio tiempo imperdible. Más de rosa que de carbón.

05.10 Luis Iribarren