El alcalde de Zaragoza, como cabeza visible de ZeC aunque no gerencia todas las decisiones, tomó el día 9 de febrero una de esas decisiones de macagüenlaleche que tanto complican la vida a todos lo que piensan que la cuerda no se va a romper nunca.
Y se rompió, no me jodas.
Tener razones no supone tener razón. Y ese es el pequeño detalle que se le ha escapado a ZeC y al alcalde con su zapatazo.
Que las líneas paralelas nunca se pueden encontrar aunque sirvan para el mismo fin, es de libro de primero de política.
Y eso es lo que ha sucedido en Zaragoza. ZeC quería (quiere) hacer un tipo de políticas que no sientan bien a los viejos dragones. Pero teniendo razón para cambiar las viejas formas, le faltaban razones pues con 9 no hay suficiente. Y lo peor no es tener 9, sino estar solos como partido político. Y esto nunca lo comprendieron.
¿Para qué vamos a tener que contar con CHA si solo son 2, nos quitan “nuestros” votos y son muy exigentes con las formas? Al enemigo, ni agua.
Pues por dos motivos muy sencillos, pero son ya de segundo de políticas.
1/ Otro más en tu despacho…, es uno menos en el despacho de enfrente.
2/ El contrapeso de la serenidad y la experiencia no tiene precio. Aunque les des mucho más importancia de lo que crees debas otorgarles.
La decisión del alcalde del día 9 de febrero puede asentarse sobre la clara legalidad que le otorga la nueva Ley de Capitalidad. ¿Y para qué sirve algo legal, si no está siendo respetado, admitido, entendido por los que deben asentir "amén jesús"?
Es legal poner multas por cruzar los semáforos en rojo siendo peatón ¿Y es lógico ir a la caza del peatón sin haberlo explicado antes?
Que ZeC se ha encontrado con mil zancadillas de muy variado color, no hay duda. Que ellos mismos se han ganado a pulso un buen número de ellas, por su torpeza…, tampoco ofrece dudas.
Como tampoco ofrece dudas que si jodemos mucho al contrario, al final este se cabrea y da un zapatazo encima de la mesa. Esto sirve para ambas direcciones.
Zapatazo, por cierto —que yo más de una vez ya advertí— había que dar casi dos años antes contra las prepotencias de algunos miembros de ZeC. Hacer política y gestionar bien una gran ciudad como Zaragoza es posible si se admite que el juego del ajedrez es grande y ofrece muchas posibilidades de ataque y defensa. Que no todo consiste en subir un peón a que se haga dama. Ni mucho menos. Que la estrategia se cuece desde los primeros movimientos.
El alcalde debería haber edificado un castillo más potente alrededor de Zaragoza.
Con 9 soldados y además algunos tuertos, no es posible defender sus decisiones, excepto que use mucho aceite hirviendo. Y aun asi, enseguida todos los demás se comprarán cascos protectores y escaleras de asalto. ¿Donde ponemos a los 9 defensores de la muralla, si los atacantes son 22 y atacan cada uno por una esquina diferente?
Y no hemos querido sumar en el ataque a esta muralla llamada Zaragoza moderna, ni a la artillería de los medios de comunicación ni a la Quinta Columna de algunos sindicatos que hacen huelgas “fermosas”.
Ya es tarde para cambiar de táctica. a lo sumo intenta pedir "tablas" y espera a ver si el contrincante es tonto.