Señalaban con el dedo aspectos que les llamaban la atención de la Plaza del Pilar. No están para quedarse, vienen generalmente de paso, unas pocas horas donde ven unas pocas sensaciones. Una pena que no sabemos resolver bien.
Hace pocas semanas estuve por Croacia y Eslovenia. Allí el turismo asiático les viene de Corea del Sur, en número que sorprendería. Les llegan en cruceros para rebosar ciudades o por avión para beber más su cultura europea diferente y donde se quedan por sus ciudades en circuitos que duran una semana.
Hace pocas semanas estuve por Croacia y Eslovenia. Allí el turismo asiático les viene de Corea del Sur, en número que sorprendería. Les llegan en cruceros para rebosar ciudades o por avión para beber más su cultura europea diferente y donde se quedan por sus ciudades en circuitos que duran una semana.
Visitando escenarios culturales, históricos, gastronómicos o urbanos de similar calidad a Zaragoza.
Es un turismo (y una economía) de calidad, de edad, que busca una gastronomía distinta, unos monumentos, una cultura y un arte. Visitan iglesias o museos, zonas comerciales o calles urbanas retorcidas y estrechas. Quieren tranquilidad, hoteles de una calidad alta, explicaciones de la sociología del entorno, visitar por dentro edificios curiosos, sentirse en “otro mundo”.
Es un turismo (y una economía) de calidad, de edad, que busca una gastronomía distinta, unos monumentos, una cultura y un arte. Visitan iglesias o museos, zonas comerciales o calles urbanas retorcidas y estrechas. Quieren tranquilidad, hoteles de una calidad alta, explicaciones de la sociología del entorno, visitar por dentro edificios curiosos, sentirse en “otro mundo”.
Y Zaragoza debería explorar más y mejor esos turismos de las sensaciones, de la exploración de otras sociedades. Esos turismos que son distintos a los de sol y playa, aunque también pueden ser tranquilos y relajados. Turismos que aportan valor a los territorios y les ayudan a levantar las economías locales.