En la Zaragoza efímera, la que va cambiando según nos cambiamos nosotros mismos de lugar o de miradas, podemos ver incluso árboles artificialmente repletos de flores llamativas. Árboles que se recrean para crecer y llamar la atención, creando una nueva forma de ser, un sentimiento de que la calle también es contenedor de arte y de intervenciones artísticas.
En algunas ciudades europeas pero también en otras ciudades de España es muy normal ver en las calles comerciales diversas intervenciones que buscan transformar las aceras en algo más que cemento aburrido. Copiar es aprender.