4.7.19

Poeta en Dubai 3: toponimia y nomenklator (casi como en Zaragoza)

Dice todo de un lugar cuando se visita la denominación de sus calles y toponimia. El fundamentalismo de cualquier índole se puede deducir a simple vista, como puede marcar a hierro que te llamen Borja, Milagros, Ascensión, Pura, Crucifixión o Íñigo. Son nombres que te impiden de facto hacer el amor con ternura, son nombres de conquista y para la renuncia personal. Como lo son Sigfried, Abelardo, Gerard o Roger y el eje Ramiro-Pelayo-Rodrigo. Pesan mucho, Arnaldo. Se quiere que pesen.

En toponimia árabe predominaba la ligereza. Las huertas …munia, Albalate la blanca, el castillo de Ayub su propietario –como en la terminación ain o ena de Sariñena o Beriain, que indica villa romana-.

En Zaragoza albergamos innumerables ejemplos por legado de geniales nombres de partidas de regadío como son Almozara (la acequia que regaba la al-musara, la explanada de la Aljafería), Valimaña, Montemolín o el reciente Zalfonada, que marca como el de Picarral un bad land, un terreno de cascajo arrastrado por las tormentas porque está compuesto por grava suelta donde ya puedes echar agua que no crece ni borraja. Las dolinas famosas.

La Romareda o lugar de romeros, la venta del Olivar o la fuente de la Junquera, Miralbueno, las Delicias –para pasar el tiempo libre los maquinistas anarquistas ferroviarios-, el Rabal que de por sí son afueras donde respirar y comprar artesanía, ese barrio de Las Fuentes que con su nombre ya quita tres grados de calorina, el lugar donde respiran los torreros… 

Hay personal que incluso vive en Zaragoza o Huesca en sus ciudades jardín, y se refresca del polvo en suspensión en Teruel porque vive en la Fuenfresca.

La única excepción etimológica histórica en Zaragoza es el “Barrio la J”. Pero se escribe la Jota. Porque es un cuadrado reticular de nombres de cantadores y no una avenida de Nueva York, Los Ángeles o Sidney. 

Cintas asfaltadas sin nombre atraviesan Dallas e incluso París, los cinturones. Aquí se llaman Z como las salas de concierto. Ya no tienen aquellos nombres que se pusieron a las que conducían a Cataluña, o Teruel o Valencia o Navarra, incluso a Francia desde su propia avenida homónima.

Dubayy (léase agudo) significa lugar en el que un río se desliza sobre tierra firme o si aceptamos que es un nombre persa, pasaría a ser la de los dos mercados, dado que la propia ciudad Bur Dubai y su vecina Bur Deira están separadas por un brazo de ría que conforma dos preciosos zocos de ribera.

Todavía más hermoso es el significado de la capital de la tribu saudí, Riad, alusiva a su condición de oasis-jardín. El de naranjos de la Aljafería así se denomina en árabe y Marrakesh, es sabido, es celebérrima por concentrar un enorme conjunto de palacios-jardín recogidos que así se llaman.

Beirut significa los pozos (Las Fuentes, Camino de las Torres…), El Cairo: la victoriosa, la emergente históricamente Damasco-Dimash, la ciudad jazmín; Bagdad, la regalada por los dioses… Ha de admitirse que para ser tan radicales en términos religiosos tienen muchas menos ciudades dedicadas a santos –Santander, Donostia…- o generales, divisiones y dictadores romanos –Caesaragusta, Barcino, Legio Astúrica, Pampelunia, Lucus Augusta, Eméeeeeeeeerita….-

Las nuevas ciudades son representativas en su crecimiento urbano de un camino hacia la deshumanización y cómo alcanza a la condición devastada de las masas de esclavos a través de los nombres de sus nuevos desarrollos urbanos. Ya no se buscan, se ponen ni se esperan nombres sin colesterol del malote.

Los nuevos barrios de Zaragoza la tensan en arco hacia el sur, son montes de ladrillos que afean el lado de páramo del canal, se llaman acrónimos como ACTUR en vez del principal personaje político de la historia de Aragón…

Las estaciones del magnífico metro en suspensión de Dubai ya no tienen como referencia solaz ni consuelo. Se llaman Zona Franca de Djebel Ali –menos mal, la montaña shií de Alí-, estación Ciudad de Internet –como en Barcelona el distrito @ o en Zaragoza la Milla Digital, expresiones tan vacuas y vacías que solo pretenden segregar-, estación Bahía de Negocios, estación World Trade Centre –que tienen el cuajo de decir traducido en árabe- o estación Centro Financiero.

Así se llaman los nuevos barrios de nuestras urbes, urbitas y urbetas.

“Hombre en perpé en perpé en perpéeeeetuo socorro…” (Homenaje al oscense Julio Donoso, perpetuo rapsoda, aunque a esta parte de Huesca cuando yo vivía a finales de los 80 la llamábamos por su sobrenombre “Corea”. La aberración del eje Trump-Corea del Norte superó cualquier expectativa).

04.07 Luis Iribarren

Nota.: Entrada Dubai 1 y entrada Dubai 2