14.7.19

Joyas de Berdún para toda la montaña

Elisa y Alfonso vinieron a vivir hace ya dos años a Berdún. Son dos nuevos vecinos y amigos. Una lampareta de luz siempre encendida en el casco histórico de Ramón Berenguer IV en que el silencio es denso por histórico.

Y su cría Ushuaia, una alumna más de nuestro colegio Río Aragón. Edificio erigido por la República, con techos de pizarra y no loseta, recientemente rehabilitado por el Gobierno de ese río que fecunda la Canal y que incluso da nombre incluso a las tierras de Olba, las que vieron nacer al orfebre Pertegaz.

También vinieron por su efecto llamado otra pareja de artesanos y sus dos hijos, fabricantes de jabón. La vida privada no se puede nunca convertir en pública a conveniencia de la montaña vacía y nos dejan para volver a su Levante natal y afectiva. Necesitan su luz azul oscura y el brillo cegador de Sorolla y se entiende.

Es fácil decir que no se han adaptado, simplemente no había el mercado que presuponían.

En cambio nuestros protagonistas y amigos sí son aragoneses que conocen lo que da de sí y de no… el territorio. Zaragozanos de estirpe moncaína, buscaban espacio para taller y vida retirada pero también participativa. Gran acierto.

Luego está que sus últimas líneas de joyas especiales ya lleven la marca de ese punto de energía que es Berdún. Y que, como si de una ronda, un embutido o unos titiriteros se tratara, sus flores de nieu y demás gargantillas y complementos, aunque no lo sepan, saldrán de los colores terrosos y diez tipos de verde que les rodean.

Son buenos observadores, son ciudadanos del mundo… Se pasan el verano entre el PIR de Echo, el medieval de Jaca o Pirineos Sur. Van a ser unos amigos muy queridos, porque por donde pasan todo lo humanizan.

Las joyas de Berdún sois vosotros, vuestra hija siempre llevará nuestro perfume a carrasca sean cuales sean las decisiones que toméis con vuestra vida.

Os hacen falta más símbolos joya. Os propongo ese mismo truco que se concede en el PIR a aquellos que, como vosotros, aman y defienden desde el presente la cultura pirenaica. No solo recreándola y marchando, sino sumando en el aspro día a día.

Un colgante esquila, y después otra joya inspirada en el sombrero de flores y espejuelos de os danzantes de Embún serían un buen complemento.

Un muy fuerte abrazo y mucha suerte en todos vuestros sueños hechos realidad día a día.

08.07 Luis Iribarren