A finales de los años 70 era evidente que el fervor autonomista había prendido en toda la sociedad aragonesa generándose un gran consenso. Del mismo sólo se excluían los nostálgicos franquistas agrupados en la violenta Fuerza Nueva, los ácratas y también el Partido Comunista de España (marxista-leninista).
El PCE (m-l) se distinguió por la incondicional defensa de la opción republicana y por no transigir con los poderes nacidos de la reconversión de la dictadura, pero estas posturas valientes se combinaban con actitudes muy sectarias que le impedían en la práctica cualquier colaboración con otras fuerzas de izquierda.
De igual forma se oponía a la preautonomía y a la autonomía monárquica, afirmando que el pueblo aragonés sólo conquistaría su libertad a través de una verdadera autonomía dentro de una República popular y federativa.
En esta pegatina, aproximadamente del año 1980, vemos el rechazo del PCE (m-l) a los yankis y al Borbón, a los americanos y a la Monarquía, así como al PSOE y la UCD, representados por sus máximos dirigentes en Aragón: Ángel Cristóbal y Juan Antonio Bolea Foradada.
Este último ocupaba en aquellos momentos la presidencia de la Diputación General de Aragón, una institución que había sido creada mediante el régimen preautonómico. También hay que reseñar que ambas caracaturas llevan sendas etiquetas con los números 151 y 143, los artículos de la Constitución que cada partido defendía como vía para alcanzar la autonomía, que rompían en la pegatina de una patada..
Nota.: La imagen pertenece al Archivo Tiempos de Lucha y Esperanza y en el texto ha colaborado Manuel Gálvez
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