23.11.18

Trenes de montaña 1: Tren de las nubes (Argentina)

Aragón se merece un tren glamuroso que recorra lentamente un recorrido equivalente a la autovía del mudéjar modernista que termina en Candanchú. Un tren Valencia-Canfranc-Pau, o si se quiere tren Reino de los Mallos.

No solamente reivindicar la reapertura del Canfranc como by-pass para mercancías con silos en la montaña, sino darle un giro para, pese a la necesaria modernización de las vías, mantener el actual trazado como único. Los pasos que se están dando en la propia estación o las jornadas de recreación del modernismo de Teruel y Canfranc, son grandes jalones que ya crean país y línea.

Sería, por tanto, un trazado sentido por Aragón y Valencia, equivalente en glamour al Orient Express, mayor que el Transcantábrico, y comparable con el Tren de los Balcanes. Que lo pongan en el mundo entre esos 15 destinos ferroviarios que, gracias a Michael Portillo, todos los amantes y fanáticos de los ferrocarriles antiguos quieren recorrer, optando a un merecido Patrimonio de la Humanidad del trazado por su importancia, sí, pero singularidad histórica e infraestructuras de los sucesores de Eiffel.

Pensemos en su planteamiento solamente artístico-gastronómico: partiría de la ciudad con mejor Renacimiento de la Península –Valencia borgiana- y en un viaje de ocho o diez días, se podría tematizar del siguiente modo:

- Etapa cartaginesa: visitando los acueductos de Segorbe, pasadizos sobre toca, y ruinas de Sagunto. Maridado con menús con garum.

- Etapa de trufa y cielo: pasando un día en Gúdar-Javalambre.

- Etapa mudéjar-modernista en Teruel-Albarracín.

- Etapa floral y de fauna, maridada con jamón, vinos de altura y azafrán en torno a Gallocanta-Daroca.

- Etapa goyesco-cerámica: existen ya actividades que mezclan Fuendetodos-Muel y visitas a bodegas de Cariñena.

- Etapa romano-mudéjar de Zaragoza ciudad.

- Etapa Reino de los Mallos, incluyendo Huesca ciudad.

- Y a partir de ella, todo lo que queráis imaginar más arriba.

Con elementos a reivindicar evidentes y no tanto, tales como las estaciones como la de Canfranc o Teruel, pero también la Estación del Norte de Zaragoza, las de Ayerbe-Riglos, el patrimonio industrial azucarero que usaba la línea, tramos de vía, almacenes, viaductos, pantanos como el de la Peña, y demás sinfines o elementos a mantener de su trazado histórico.

Por paisaje atravesado, no digamos si se pudiera seguir por casi el circo de Lescún hasta Pau, sería una opción no menos bella y atractiva que el celebérrimo “Tren de las Nubes”, que discurre por el altiplano norte casi desértico argentino, entre Salta y el viaducto de la Polvorilla.

Forma parte de la línea Salta-Antofagasta para el uso de este puerto chileno del Pacífico atacamo, célebre por exportarse desde allí el mítico “Nitrato de Chile”, como lugar de salida del vino blanco seco y con olor a manzana y de los minerales del norte argentino o sur boliviano. Fundamental en este momento por sus reservas de litio para el desarrollo de tecnologías contra el cambio climático.

El tren, sin embargo, ya tiene entidad por sí mismo solo como ramal. Lo que nació como necesidad, se ha convertido en el principal atractivo del norte profundo argentido. Con su propia web, central de reservas, va como máximo a la velocidad canfranera de 40 por hora.

Vamos a renovar la vía pero manteniendo toda la preciosa infraestructura histórica, no solo de la estación de Canfranc, sino de la vía Somport-Sagunto para este fin.

21/11 Luis Iribarren.

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