Pues sí, es el esqueleto de nuestro vetusto y ahora rehabilitado en ciernes, Mercado Central de Zaragoza. Los hierros que sujetan tantos años de comercio de ciudad, que tanto podrían hablar de nuestra Zaragoza. Todo va más lento de lo que se imaginaban los que diseñan los tiempos, y seguro que además irá más caro. No sabemos bien el motivo, pero siempre todo es más lento y más caro. Cosas de los milagros negativos.
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