En las localidades pequeñas no existen casi ideologías, sino necesidades de gestionar bien y de forma plural y limpia los recursos y sus posibilidades. En estos programas se observan problemas pequeños sin resolver, algunos se dice que casi eternamente, y que producen sonroja y preocupación. No voy a dar detalles para no dar pistas, pero siendo que todos son problemas sin resolver en servicios básicos y que todos creemos que ya están cubiertos, las peculiaridades de cada localidad los convierten a veces en tremendamente tristes.
Es cierto que no hay dinero para todo ni para todos, y que a veces detrás de algunos problemas pequeños se esconde una mediana inversión para resolverlos y poder mantenerlos en el tiempo. Pero da grima que haya localidades pidiendo temas tan básicos que afectan a la sanidad, la educación, la iluminación, el comercio pequeño, la caciquismo de esconder las labores municipales, la limpieza, etc.
Por ejemplo cuando se habla de limpieza no se solicita que el parque o la calle esté limpia, se pide por ejemplo que el cubo de recogida de cristal o de papel esté a menos de un kilómetro del centro de la localidad. Enseguida surge la pregunta: —¿Pero a quien se lo ocurre poner el/los contenedor a esa distancia del núcleo urbano?
Y la duda sin respuesta la podemos ver por ejemplo en Anzánigo. Esto es por poner un ejemplo sencillo de las necesidades sencillas que no se cumplen por sentido común. Aunque seguro que existirá un motivo para que esté tan alejado del núcleo urbano.
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