Hoy no son ya las que sujetan o soportan al puente, faltaría plus que así fuera. Pero nos indican las prehistorias de un puente imprescindible para el crecimiento de nuestra ciudad. Nos enseñan el trabajo de nuestros antepasados, que siempre vivieron junto a nuestro Ebro, al que no siempre cuidamos como se merece.
Estas cimentaciones no soportan el puente de Piedra en su totalidad, pero el día que los ingenieros se pongan a mirar con lupa la conservación del Puente de Piedra es posible que nos llevemos la sorpresa de que le prohibirán soportar tanto peso. Y luego y tras llevarnos las manos a la cabeza diremos que no hay tiempo para encontrar soluciones. Se sabe desde hace bastantes años y no se buscan alternativas ni soluciones.
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