Nuestra Zaragoza está llena de vecinos naturales que se dan vueltas por nuestros cielos en busca de comida o paseo. Desde las zonas de sur del Ebro zaragozano nos vienen cigüeñas a revolotear, tal vez a buscar algo de comida o a vernos desde arriba.
Unidas a las palomas, los tordos o las gaviotas, algunos cuervos o picarazas, nuestros cielos son de lo más natural.
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