13.3.17

Verduras aragonesas que entran por los ojos tras el horno

Aragón es tierra de buenas gastronomías, de platos de cocina lenta o de nuevos impulsos a la cocina que entra por los ojos. Tenemos productos excelentes en nuestras huertas, en nuestros campos, como para deleitar a los buenos cocineros que con pocos elementos hacer auténticas joyas comestibles.

Hoy os voy a dejar dos ejemplos del restaurante “19 tapas y 500 vinos” de Jaca. Nombre para un local gastronómico que recordando a Sabino, se nos lleva a la mesa con poco esfuerzo.

Por una parte unas cebollas enteras, asadas y peladas, que sirven con dos salsas que maridan a la perfección. Una mayonesa con ajo y perejil y un romesco que encaja como unos calçots perfectamente con las cebollas aragonesas. Y por otra parte unas medias alcachofas cocidas que luego pasan por el horno para terminar de acompañarse de un picado muy fino de jamón que se coloca en el hueco central de la flor. Un poquito de aceite que ha servido para refreir ligeramente el jamón picado, antes de pasar al horno final, adorna la maravilla de sabores.


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