16.3.17

El reto de saber acertar con Casa Solans

Esta hermosa puerta es la que da salida a la terraza de la tercera planta del edificio municipal de Casa Solans en la avenida Cataluña de Zaragoza, un palacete casi modernista de 1921 que se conserva aunque de momento vacío tras el abandono de la Oficina de la Década del Agua de la ONU, en espera de uso válido para la ciudad y para generar plusvalías para la zona.

He estado esta semana analizando junto a una docena de personas los posibles usos de este edificio, y en verdad hay que reconocer que es un lugar complicado. Junto a su belleza se esconden dificultades importantes, pues en realidad se creó para ser una vivienda familiar de altos vuelos, pero no para soportar a muchas personas en su interior. Sus medidas de seguridad o incluso de accesibilidad son irregulares. A esta tercera planta no se puede subir en ascensor, por poner un ejemplo.

Tercera planta que si dispusiera de los sistemas de seguridad suficientes como para poder albergar una cafetería o un restaurante, algo imposible, sería un lugar de los que se disputarían los clientes, por su terraza a una altura excelente, por su ubicación algo alejada de edificios colindantes, y por su relativa distancia al centro de la ciudad. Pero es un edificio público y es imposible dar permisos de uso en esta tercera planta.


El tiempo de vacío no está pasando en balde por el edificio: ya necesita unos cuidados básicos de algunas partes exteriores y en la recogida de aguas pluviales. Como comentaba en la visita, es un edificio para acertar en sus usos pues se lo merece, pero las posibilidades de equivocarse son muchas. Podemos tener un excelente uso o convertirlo en un edificio que pase desapercibido o lo que puede ser peor, tenga un uso esporádico que es lo que suele llevar a la nada a este tipo de edificios.

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