8.9.19

Vuelta al redil: Aragón jondo y científico.

Comienza septiembre, el inicio del verdadero verano según la cultura japonesa. Superado el tiempo de lirios, es el de las frutas dulces y en sazón –incluyendo a los tomates y pimientos que no son otra cosa-. Es dramático que los huertos escolares de los colegios públicos se pierdan este momento educativo.

El día acorta y Aragón se engalana para la recolección de sus dos producciones estrella. Afectadas por la sequía, tanto la aceituna como la uva se protegen con menos agua, más piel y densidad de sabor. Augurándose una añada extraordinaria en calidad, en sabor a terroir que es de lo que se trata.

Habiéndose felizmente, en mi opinión, superado el ámbito festivo y festivalero, que ya no arraiga población en términos de resto del año sino que se programa sobre bases de orgullo y terapia, ultimados los medievales, puesta proa en casi toda la Comunidad para la celebración de su fiesta capital, el quién es quién de la participación en las ofrendas pilaristas, se empieza curso de pulso y púa.

Los centros rurales integrados educativos marcan el año en septiembre más que el 1 de enero. Educación de adultos, cursos de emprendedores, inicio de la temporada de caza… devuelven el territorio a sus verdaderos y dolientes usufructuarios.

Por ello es menester detenerse en actividades y entidades científicas que sorprenden pero se hallan radicadas en el territorio, fuera de las ciudades principales aragonesas. Vayamos con varios ejemplos:

1.- En Benasque se celebran interesantísimas iniciativas que llenan de ciencia accesible el valle. Tales como su certamen de ajedrez, el renombrado de meteorología de montaña, el de matemáticas de julio, el de ciencias de noviembre.

Tal profusión de actividades ha hecho necesaria la construcción de un magnífico “Centro de Ciencias” en la localidad, un perfecto motor de actividad y balneario de reflexión en temporada baja.

Se anuncia para septiembre conferencia internacional sobre el asombroso asunto de la “simetría” y su influencia en la física, química o biología.

Es un pulso excelente el que se va a echar en la materia por científicos incluso americanos y japoneses. Un reclamo que, juntamente con el Instituto Pirenáico de Ecología de Jaca y el Laboratorio Subterráneo de Canfranc, cuya programación y usos glosaremos, representan excelentes ejemplos de desarrollo científico con financiación pública incluso estatal que tienen los Pirineos como sede.


2.- El Centro de Artes y Exposiciones de Ejea de los Caballeros es otro proyecto permanente fascinante. Su eslogan es elocuente: “Una apuesta por la Cultura en el Medio Rural”.

Edificado por la Diputación zaragozana, acerca altísimas exposiciones e iniciativas de las de no tener que bajar a Zaragoza más que a lo que todos sabemos.

Hasta el 13 de octubre, en esta réplica de la Lonja de Zaragoza se exhiben una colección de espléndidos carteles intitulados: “Women’s Rights are Human Rights” acerca de la discriminación de género, violencia y desigualdad, en colaboración nada menos que con la Massachusetts College of Art an Design.

No dejan indiferente, siendo un repaso histórico que contiene bellísima iconografía y tipografía americana de los 40 y 50, y joyas excepcionales de cartelería árabe –escasa y valiosa siempre en esta temática- así como magníficos ejemplos conceptuales a lo Chema Madoz, yendo al grano a través de un enormísimo detalle-resumen.

3.- Al Observatorio de Javalambrelo ha puesto muy en el mapa estatal albergar una llegada de la Vuelta Ciclista a España. Magnífica oportunidad para disfrutar de su fascinante diseño.

Detrás de la obra, al final un proyecto público sin alma no es más que una agresión a una piel de territorio, gravita una declaración: la del espacio aéreo de Teruel como lugar más limpio de contaminación lumínica del occidente europeo.

Por ende, no hay que invertir recursos enormes para educar a los escolares en este campo fascinante del conocimiento, haciéndoles ir al Teide o al Roque Nublo canarios.

La Comarca de Gúdar Javalambre se encuentra de lleno inserta en el reconocimiento del cielo de la comarca como Reserva Starlight. La fundación del mismo nombre, atención, es la que certifica a través de sesudas observaciones la calidad de un cielo…

Obviamente mirar el cielo de Teruel, ir a una exposición que siempre nos esperará en Ejea o ver qué se cuece en materia de simetría y por qué Aragón no lo es más –con ejemplos como si se debe depurar para 4.000 o 10.000 ocupantes en verano en Ansó-, derivado del bombardeo de la sociedad del consumo acerca de qué, cómo, cuándo y dónde convertir el ocio en negocio…, son placeres nunca estacionales. 

Que llenan Aragón de ese contenido que reivindicamos pero del que hacemos escaso uso.

02.09 Luis Iribarren.

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