En los años 70 con los brotes que la nueva posibilidad democrática iba produciendo entre la sociedad más implicada, sobre todo en los últimos cinco años de ese décadas, iban surgiendo en Aragón nuevos gritos que se plasmaban en pintadas callejeras o en pegatinas que se repartían o se vendían para poder hacer mas. Eran tiempos donde la financiación de los movimientos era nula y todo había que hacerlo gratis y casi a mano en muchas ocasiones.
Estas dos negativas que pedían Libertad de Expresión fueron muy comunes. La de la izquierda impulsada por el semanario aragonés Andalán y el de la derecha impulsada por el mundo de la cultura y el arte.
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