¿Qué hemos hecho los aficionados para que los dos equipos deportivos más representativos, por historia y masa social, de nuestra ciudad y comunidad sigan anclados en la famosa elegía de Jorge Manrique “Cualquier tiempo pasado fue mejor”?
Real Zaragoza y el Baloncesto Zaragoza viven caminos paralelos por su situación de crisis deportiva y económica. Ambos vivieron épocas, muy largas, de grandes éxitos en España y en Europa. Conocidos y reconocidos dieron su nombre a la ciudad por toda Europa. Nos hicieron sentir orgullosos por los éxitos deportivos compartidos por toda la sociedad zaragozana y aragonesa durante esos años.
Ni el más pesimista de los que vivimos esas épocas podríamos llegar a imaginar la situación actual de decadencia que viven actualmente, luchando por no descender, en una triste Segunda en un caso y el otro salvado por la campana del descenso en la élite.
No vale resignarse, ni tampoco vivir de lo que fuimos, pero sí hay que aprender del pasado.
Zaragoza necesita cuanto antes, como gran ciudad, volver a tener esa representación deportiva que trasciende en lo social y nos sitúa entre los grandes. Necesita recuperar tanto el prestigio labrado, como la ilusión de una afición en continua depresión que está viendo desaparecer los referentes deportivos, especialmente para nuestros jóvenes.
No queremos vivir de la nostalgia pero hay que aprender de los errores y, cuanto antes, recuperar el terreno perdido. A todo esto, algo tendrían que decir las instituciones. La desaparición —antes— del Balonmano de élite, tendría que servir para aprender y no cometer los mismos errores.
Daniel Gallardo Marin
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