Pero, ¿quién era Ferraz, el que da nombre a la calle de moda en Madrid? Valentín Ferraz Barrau era un aragonés de Anciles, entidad de población perteneciente a Benasque (La Ribagorza). Pertenecía a la pequeña nobleza aragonesa documentada desde la Edad Media y con gran tradición de familiares clérigos, juristas y militares. Su padre era Tomás Ferraz y Subirá, segundón de casa Faure de Benasque, que casó con Teresa Barrau y Lisa, heredera de casa Barrau de Anciles. Valentín Ferraz, segundo hijo de dicho matrimonio, pronto emprendió la carrera militar, pues la casa la heredaba el primogénito.
Cuando estalló la guerra peninsular, en el marco de las guerras napoleónicas, en 1808, a pesar de su juventud (había nacido en 1792), defendió la causa de Fernando VII, siendo derrotado tanto en el segundo sitio a Zaragoza, como en sus intervenciones en Valencia, Alicante y Murcia. Finalizada dicha guerra en España, tras la decisiva intervención del ejército británico y las dificultades de Napoleón en el frente ruso, Ferraz fue destinado al Perú (1815) para participar en el intento de sofocar las guerrillas independentistas. Vencido el ejército español, fue devuelto a la Península Ibérica en 1824, de acuerdo con lo acordado en la capitulación de Ayacucho, que supuso la independencia del Perú.
Ya de vuelta en España ocupó varios altos cargos militares con rango de Teniente General y participó en las guerras carlistas en el bando isabelino. Durante la regencia de María Cristina Borbón-Dos Sicilias, fue elegido diputado por Huesca (1839 y 1841) y senador electivo por Huesca (1839); Ministro de la Guerra (cargo que hoy se denomina Ministro de Defensa) en varios meses de 1835, 1838 y 1840 y Presidente del Consejo de Ministros (cargo que hoy se denomina Presidente del Gobierno) entre el 12 y el 28 de agosto de 1840 y Capitán General de Castilla la Nueva (1843).
Desde 1853 fue senador vitalicio, nombrado por Isabel II y, finalmente, alcalde de Madrid en 1855 hasta 1857, en un momento de expansión urbanística de la ciudad. Durante su mandato se derriban las murallas del Monte Pío (una montaña que hoy ocupan el Parque del Oeste y los barrios de Argüelles y Florida), en las que tuvieron lugar los fusilamientos del 2 de mayo de 1808 que inmortalizara en su día Goya. Siguiendo las normas urbanísticas del momento en ese entorno se abrió una ancha avenida que se denominó calle San Marcial, que en 1865, un año antes del fallecimiento de Valentín Ferraz, sería cambiada por su actual nombre: la calle Ferraz.
Jorge Marqueta Escuer
No hay comentarios:
Publicar un comentario