Las grandes dudas de una Zaragoza que no arranca

La ciudad de Zaragoza cuenta con algunos retos que en breves años si no hacemos nada se convertirán en problemas importantes o en agujeros negros de complicada solución. Estamos ahora en un periodo municipal de tranquilidad, sin una oposición bien armada y un gobierno del PP con Jorge Azcón que sin hacer casi nada está logrando una popularidad suave que no preocupa a nadie. Zaragoza ya no necesita un simple seguir gestionando lo que tiene, sino plantearse dar un salto de calidad, como lo han dado ya otras ciudades en España, veamos los casos de Málaga, Gijón, La Coruña, Valencia o Sevilla.

Zaragoza quedó congelada tras el cierre de la Expo 2008 y no fuimos capaces de entender lo que necesitábamos a base de seguir impulsado la ciudad. El ejemplo más sencillo lo tenemos en el uso de los edificios emblemáticos de la propia Expo 2008. Una desidia encima de otra desidia.

Pero tenemos ya muy cercana la fecha de que barrios tan tradicionales como Las Fuentes y Montemolín, algunas zonas de San José y Torrero, La Jota y el Rabal, partes de Delicias y Ciudad Jardín se conviertan en espacios tan viejos, y todos a la vez, que sea casi imposible atender sus necesidades de actualización. Si nos damos un simple paseo por ellos, y por algunos otros que no menciono, veremos que no son de recibo sus estructuras urbanas, viejas y deterioradas.

No hay nuevas ideas para Zaragoza, pero es que tampoco hay un mantenimiento de la Zaragoza consolidada, excepto detalles de la gestión urgente. ¿Qué Zaragoza queremos para 2030 o para 2050? Nadie lo sabe. 

¿Qué hacemos con Cogullada, La Romareda, los enormes hospitales de Zaragoza ya enfermos, el transporte urbano, el tranvía que si es una sola línea por el centro estorba más que ordena el urbanismo? 

No se observa un mar de ideas novedosas, seguimos sin saber qué hacer con Goya, con nuestro Museo de la plaza de los Sitios, adaptar el parque José Antonio Labordeta a nueva nueva normalidad en cuidados y calidad, algo que también sufre por ejemplo el parque Luis Buñuel o el parque Tío Jorge. 

Zaragoza es una gran ciudad pero no dispone de mecanismos para saber estar asentada como una Gran Ciudad. Empezando por las nulas ayudas que recibe de su Gobierno de Aragón. No sabemos encontrar un uso potente a Etopía, tampoco a CUBIT ambas dos buenas ideas que funcionan lentamente. No sabemos peatonalizar zonas de Zaragoza que lo necesitan, ni mover su comercio urbano, ni impulsar sus Pasajes Comerciales congelados.

Tampoco existe ya una Participación Ciudadana que esté a la altura del siglo XXI, se ha perdido vida en los Distritos municipales. 

No hay atisbos de nuevos proyectos, de nuevos usos para los numerosísimos espacios públicos parados y paralizados. Tenemos una ciudad de Zaragoza llena de esqueletos urbanos que no queremos nombrar para no asustarnos. Y eso siendo la quinta ciudad de España, es un problema que debemos conocer mejor.

No quiero nombrar las numerosas peticiones desde los barrios, que llevan algunas de ellas al menos 20 años esperando soluciones. Me parece triste nombrarlas, pues con sufrirlas los vecinos ya es suficiente. Se han acostumbrado a ellas. Cuando todos estos problemas exploten a la vez… ¿quién será capaz de poner dinero y gestión?

Por cierto en dos años hay nuevas elecciones municipales. En estos momentos no hay duda de que seguirá gestionando el mismo equipo de gobierno actual, con algunos retoques en las concejalías pero no en Alcaldía. Así que es hora de mirar, pedir, reclamar, y observar.

Julio M. Puente Mateo