Yo de pequeño, hace ya de eso 60 años, cuando iba a visitar la tumba de mi abuelo fallecido de enfermedad antes de la Guerra Civil, mi madre me enseñaba la tapia que cerraba el cementerio muy cerca de la zona en donde se encontraba la tumba de mi abuelo. Y me decía que allí era donde llevaban a fusilar durante la guerra a los condenados. Yo recuerdo que siempre me quedaba mirando la pared y no entendía casi nada, si acaso me acordaba —ya de algo más mayor— de los fusilamientos de Goya.
No era capaz nunca de imaginar que allí mismo, sufriendo lo que no podía entender ni imaginar, habían llevado a fusilar, a ser asesinados, a cientos de zaragozanos vecinos de todos nosotros.
Con el tiempo cambiamos a mi abuelo de lugar y perdí aquel dolor que era mayor que el de ver la tumba de mi abuelo. Seguía sin entender nada. Y cuando preguntaba qué dónde estaban enterrados tras varios intentos donde recibía un clásico —No lo sé—
Un tío mío me llevó a la Fosa Común que no estaba muy lejos de aquella zona, y me dijo que allí estaban todos revueltos. Ya entonces tendría yo unos 10 años y sería 1966.
Ahora Zaragoza ha querido recordar aquellas tapias para que no se nos olviden. No a los que las conocimos a los pocos años de ser utilizadas para asesinar, sino para las nuevas generaciones que todo esto les suena a historietas. Yo nací menos de 10 años después del último fusilamiento en estas tapias donde se asesinó el el 20 de agosto de 1946 a la última persona.
En estas tapias se fusiló a 3.543 personas de las que se tenga constancia. Y hasta el año 1979 los cuerpos permanecieron allí mismo, enterrados, antes de ser trasladados a la fosa común que cuando me la enseñaron… todavía no contenía los restos de los más de 2.000 fusilados que se recuperaron de la zona de la tapia.
Eran zaragozanos peligrosísimos, pues tenían entre los 13 años de edad (un niño) a los 78 años de edad (un anciano). Gentes que en algunos casos y desde Zaragoza intentaron defender el Orden Legal pues en esta ciudad la guerra venía desde el aire y por bombarderos de un solo bando, el mismo que luego fusiló.
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