Algunos grandes dinosaurios de la política española advierten que en abril y mayo 2019 nos jugamos la España de como poco una década, que posiblemente sean las elecciones en su conjunto, más importantes para España desde las de 1982. Se juntan cuatro tipos distintos de elecciones, pero no es eso, es la sensación de necesidad de cambio, de reforma, de derribo. Hay que limpiar el solar para empezar a edificar la nueva casa.
No llega la nueva España como no llega la nueva Europa, pero es inevitable su recambio por muy diversos motivos. En Aragón y en Zaragoza también.Y no hablo precisamente de que entre a gobernar el PP en vez del PSOE en la DGA. Hablo de cambio mucho más profundo en las formas y en los acuerdos, en la coaliciones posteriores y en las formas de mirarse a los ojos.
El PSOE no puede seguir amagando con llegar a acuerdos con la izquierda o con la derecha según el viento que sopla. Como tampoco pueden existir varios PSOE o Podemos “gordos” en Aragón que no se entiendan y se repartan instituciones o querer estar para seguir peleados desde los despachos. No sé si a ellos estas tácticas les van bien, pero a Aragón y a Zaragoza le van muy mal. Deberíamos tomar nota los que al final, en mayo, aprobamos o suspendemos a los que se presentan al examen.
Ciudadanos sabe que podría pactar con el PP o con el PSOE y de entrada no quiere con ninguno. Pero también sabe en Aragón que no tiene cuadros suficientes para gobernar liderando. Es de los que esperan para luego equivocarse. Pero saben que sus posibilidades van por territorios.
CHA está en ese punto dulce de volver a ser muy importante o de quedar como esos bizcochos que al sacarlos del horno todos ufanos se van hundiendo dejando una sima en medio. Depende de los aragoneses y de los cuadros dirigentes de CHA y sus candidaturas. Debe ser importante pues Aragón no debe orillar a CHA y Zaragoza sabe que ha sido el “sentido común” en el desierto durante cuatro años de batallas absurdas. Pero también sabe cuales son sus debilidades para estar donde se merece y donde se lo trabaja con fuerza. Las tempestades ajenas a los barcos, pueden hundir barcos necesarios.
Podemos y ZEC saben que no saben nada. Que podrían o deberían haber estado en este final de 2018 liderando la sociedad y se encuentran con una Estación del Norte casi vacía, muy distinta a las de 2014 ó 2015. ¿Qué ha pasado? se preguntan. Y ese es el gran error, no saberlo de antemano. Es fundamental saber elegir a las personas “que están” pues estar es mucho más que gobernar o no, es sobre todo transmitir a la sociedad. Sus candidaturas para 2019 son el fundamento de asentarse o de hundirse. Y lo saben, aunque sean de momento incapaces de ponerlo en práctica. Gente les sobra, pero capacidad que para seguir equivocándose también.
Del PP no hablo mucho, pues ellos en Aragón simplemente ascienden cuando los demás lo hacen muy mal. Podría ser este el caso actual. Pero no depende de ellos. No saben encontrar nuevos activos candidatos, que una mirada distinta a la de colores sepia de fotos viejas. Algún aprenderán, o algún día dejarán de votarles las personas muy mayores.
En la zona baja tenemos dos elementos que podrían distorsionar. Tanto un PAR que podría ser o no ser, sobre todo en esa Zaragoza muy importante en las sumas y que ya no les mira. Y un VOX que tras Andalucía podría sacar pecho con pelo negro.
¿Y con toda esta sopa, que? Pues a veces con los mismos ingredientes puede salir un brebaje o una buena minestrone. Depende del cocinero y de las dosis de cada verdura o de la pasta elegida para el plato final. ¿Sabremos en Aragón elegir entre brebaje y sopa internacional? ¿Nos saldrá sopa o fideuá seca?
No hay comentarios:
Publicar un comentario