17.2.17

Jefe del Movimiento de Zaragoza. Jodo petaca

Don Cristobal Navarro Casaus tendrá o tendría ahora más de 100 años, muchos ya para acordarse de nada, si es que vive. pero fue Jefe Local del Movimiento de la Zaragoza, nombrado en el año 1973 y desde entonces en adelante fue "El Jefe". Nombrado en mayo de ese año, es de suponer que hasta la muerte del dictador aguantó en el puesto. Leerse el recorte de prensa que os dejo arriba, da triste risa y dolor.

Aunque hay que recordar que el Ayuntamiento de Zaragoza desde febrero de 1971 a febrero de 1976, y cuando era alcalde Mariano Horno Liria, tenía como tenientes de alcaldía a Cristóbal Navarro Casaus, junto a Pedro Hernández Montero, Alfonso Solans Serrano, Zwonimir Putizza Matich, Juan Manuel Villa Gutiérrez, Antonio Mur Manero y Emilio Eiroa García. Además de los concejales José Luis Martínez Candial y Julio Descartín Cristellys, entre otros.

Tres mese antes de la Guerra Civil de 1936, Cristobal Navarro se había apuntado a la Falange y se hizo Voluntario de la aquella “cosa” que algunos llamaron Cruzada Nacional, y como era muy joven pues tenía 18 años, mandó nada más entrar en la Falange de Zagalones. Nombre aragonés para el fascismo de la Falange más curiosa.

En su biografía caben tantos cargos y nombramientos, que asombra que este señor pudiera salir de casa o de su oficina, pues tanto trabajo le debía acosar constantemente, más en tiempos en los que no había internet ni email. Pobre hombre, cuanto trabajo. Un tipo lleno de medallas y de recompensas, y no como los actuales concejales de Zaragoza, que lo son sin haber sido antes candidatos a presidir ninguna heroicidad. Ya que dieron un Golpe de EStado, al menos 40 años después le nombraron “Jefe del Movimiento” de Zaragoza.

Lo curioso del todo es el titular. “Un gran historial político”. ¿Quien dijo que en la dictadura no existía la política? 

No existía la que era diferente a la dictadura, pero la de ellos y para ellos, sí existía. Dos partidos eso sí, aunque casi sin nombre. La Falange y los tecnócratas. Decían los mal pensados que en realidad los tecnócratas era el Opus Dei pero sin nombre. Unos mal pensados, eso es lo que eran.

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