25.8.20

Y hace 100 años, Zaragoza era un caos donde se asesinaba por cambiar bombillas


El lunes día 23 de agosto de 1920 por la mañana, un atentado que conmovió a Zaragoza se llevó la vida de tres funcionarios municipales, el arquitecto José de Yarza Echenique, el ingeniero César Boente y el escribano Joaquín Octavio de Toledo, que fueron abatidos a tiros cuando reparaban las farolas de la ciudad. 
Se salvó el funcionario Tomás Escárraga. 

Intentaban evitar el caos en una Zaragoza en huelga general y fueron asesinados por un sindicalista venido de fuera aunque llevaba algunos meses en Zaragoza tanteando las fuerzas políticas y violentas. 

La huelga llevaba una semana y los piquetes habían ido destruyendo parte de las farolas para dejar sin luz a la ciudad de Zaragoza, mientras otras muchas fuentes de luz se iban quedando sin bombillas o estas se fundían al no ir nadie a apagarlas.

El Paseo Independencia en la zona de Correos fue el escenario, enfrente mismo del entonces Banco Hispanoamericano. 

Inocencio Domingo de la Fuente, alias "Isidro Delgado" cometió el triple crimen con siete disparos de gran precisión que fueron realizados hacia la zona del corazón. Era un asesino bien aprendido y llevaba un arma muy conocida en los ambientes sindicalistas y anarquistas violentos de aquellos años.

Eran funcionarios voluntarios para intentar paliar el caso en una Zaragoza a oscuras, un arquitecto muy conocido e hijo de José de Yarza todavía mas importante, un ingeniero y dos funcionarios de oficina los que intentaron en aquellos días de caos, poner luz en el centro de Zaragoza y que pagaron con su vida el ofrecerse voluntarios. 

Nadie quería reparar los destrozos, y los miedos y el seguimiento de la huelga era total entre todos los funcionarios y personal civil de Zaragoza. El propio alcalde había dimitido sin admitirle su dimisión y el Gobernador Civil había huido de Zaragoza. 

El asesino vino desde San Sebastián aunque era un tipo que se recorría diversas ciudades para apoyar un anarquismo violento que necesitaba matones para obtener objetivos por medio de la violencia. No eran las de Zaragoza las primeras víctima de este asesino. En los meses en los que estuvo aquí trabajó en la Industrial Química pero se despidió y aunque volvió a Zaragoza ya nunca más le dieron un trabajo estable. 

Era tal el clima violento de aquellos días en Zaragoza que se presionó para que los cuerpos de los asesinados no fueran enterrados por nadie, y al final y tras unas jornadas de violencia extrema fueron médicos y camilleros de la Casa de Socorro los que enterraron en el Cementerios de Torrero a las víctimas. 

El asesino, tras un juicio tremendamente complejo pues nadie quería ser Jurado, fue condenado a 90 años de cárcel. Pero liberado en la Guerra Civil de un cárcel catalana, terminó sus años en Francia donde falleció en 1966.



4 comentarios:

Dido dijo...

Eso es incierto y tendencioso compañero. Te envío parte de la historia que falta (arainfo): https://arainfo.org/1920-2020-el-atentado-de-los-esquiroles-de-la-huelga-de-gasistas/

Ajovin dijo...

Lo cierto es que el TÍTULO de la entrada es tristemente real y no debería nunca más duceder cosas así

Ajovin dijo...

En los años 70 viví desde muy dentro la organización de huelgas del sector gráfico y sé lo que sucede, los nervios, los odios absurdos que crecen y las incapacidades de TODAS las partes para resolver los problemas de forma pacífica

Ajovin dijo...

Las imágenes son de el diario El Noticiero, de clara ideología conservadora y religiosa. Es muy bueno tener más puntos de vista. Gracias por leerme.