Nos gusta decir que Zaragoza es Ciudad de las Tres Culturas y una ciudad abierta que ya sabe lo que es convivir con vecinos de otras culturas y religiones, en paz y concordia. La verdad es posiblemente otra y los conflictos serían habituales. Somos animales humanos.
La verdad es que resulta sencillo imaginarse los conflictos, si observamos el plano de la Zaragoza medieval, pues las distintas culturas o religiones vivían en barrios separados, diferentes las unas de las otras, lo cual indica que mucha integración no debía existir en aquella Zaragoza.
No era zonas amuralladas dentro de la ciudad, pero sí encerradas y en el caso del barrio judío sí disponía de cierres que delimitaban su zona principal de la Judería ayudada por las murallas romanas que todavía existían.
Aquella Zaragoza, de la que nos enorgullecemos por su concordia, seguramente tendría sus más y sus menos. Pero no todos los conocemos.
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