18.10.22

De la responsabilidad moral de Jaca (Huesca)


Jaca no es una ciudad cualquiera, ni por capitalidad, historia o ubicación, como tampoco por el combo que hace con la industriosa Sabiñánigo, hallamos posibles comparaciones de un corazón que lata con treinta mil habitantes ni en Pirineos norte.

Es cierto lo que afirma Javier García Antón cuando radiografía la provincia de Huesca y cita el único efectivo desarrollo de sus tres comarcas orientales. Debido al emprendimiento que va en los genes de literanos, fragatinos o montisonenses generación tras generación, sí son una de las causas de que el resto de territorio de esa provincia que sí siente que lo es, ciudad de Huesca incluida, no acceda a fondos europeos que la saquen del coma poblacional pero todavía más vital, por dependiente de la prestación de servicios que hace que un porcentaje enorme de sus residentes tengan o vida de negocio o frustración y espera a la vuelta de temporada en desempleo.

O doble o triple actividad, ocupándose de agricultura, trufas y ganado, lo que hace que vivir en el territorio usufructuado se haga con suficiencia, exportando a sus hijos universitarios para que no repitan su ¿exitoso? modelo de vida. Maneras de vivir.

Todo cierto, pero siempre algo se mueve.

Cuando más preocupación política, no va más allá de una moda pasajera, se lleva a la gestión de combatir con nuevos pobladores las tierras de nadie, como se describió el otro día a la Canal de Berdún, en esos tubos de territorio en que se avanza rápido mediante AVEs o autovías más se suprimen servicios médicos o privados bancarios que cuestan que el personal más especializado que presta servicios cuaternarios no tenga un nicho para trabajar in the countryside.

Esto lleva camino de ser Nueva Zelanda o Colorado, gasolineras en las junctions, farmers con tractores con más tecnología que la Endevour y universidades a domicilio como en Laponia.

La población envejecida, sin embargo y como se comprueba cuando se organiza formación verdaderamente pegada al territorio, demanda un plus de formación en nuevos productos bancarios al dejar de ser atendida (como está sucediendo con Correos y otros servicios); sus cuidadores abnegados, yacimiento de todos los empleos en territorios incluso como Jacetania, cubren una necesidad sin estar formados en dependencia, trabajando a su suerte, cuestión que ha sido parcialmente cubierta desde Jaca o Chimillas por una iniciativa formativa no pública. En el contexto de un programa europeo, pues en todos los territorios no urbanos se presentan las mismas necesidades.

Está bien, como es brillante la estela del Orfeón Jacetano, del grupo de montaña Mayencos (o el femenino de montaña que en Jaca ha organizado jornada sobre mujer y montaña), cómo no del ariete en propuestas que son las peñas jacetanas u oscenses, la Asociación del Camino de Santiago de la ciudad jacetana y tantas otras almas de sociedad civil que encuentren traducciones políticas.

Si compras 15 euros de Jacetano haces un fantástico viaje lento por la geología pirenaica hasta los pastos alpinos del Alto Valle del Aragón que en otras latitudes sería una experiencia Patrimonio de la Humanidad.

Ya le gustaría a Navarra o Cataluña tener una ciudad capital como Jaca, usando la segunda y Gerard Piqué al estado soberano de Andorra a tal efecto.

Es una responsabilidad real de Aragón o Huesca ciudad como se ha hecho con el programa formativo de iniciativa citado, reforzar las actividades y asociaciones del día a día, mitigar el vaciamiento técnico del territorio utilizando al personal de origen que desarrollan ideas brillantes fuera, al caudal intelectual de los propietarios de segundas residencias o jubilados, europeos y propios, residentes en la montaña. Especialmente como efecto demostración en la primera capital de Aragón.

Darles iniciativa más allá de que se sientan en medio de un paisaje de escándalo, que el semillero de ideas de Adecuara no conozca edad ni necesidad, permitirles regalar ideas con alma que lleguen a la población de 35 años encargada de materializarlas… Que están ocupadísimos porque de por sí escasean… Que ya no pueden ni atender por falta de tiempo a la antigua buena fama por boca a boca, puesto que la necesidad de fontaneros no conoce calidad.

Es una responsabilidad moral de Jaca guiar por historia, liderar proyectos de futuro de economía de servicios avanzada, que no están agotados.

Plantear iniciativas culturales conjuntas con potencia y mancomunidad con el Serrablo, superar la comarcalitis y esparcir ideas como se hace desde medios de comunicación que emocionen desde Isaba a Ripoll, tirar de esos carros por orgullo, convertir el románico aragonés en seña de identidad para superar el monocultivo de nieve y de atención a jubilados o emigrados de origen que pensamos en el retorno tras prejubilación.

Mantendremos bares y tiendas abiertos si es que así nos los encontramos y no muerto nuestro lugar de origen sin un punto de trobada, pero ello no permitirá que se asiente en el territorio tanto crío preparado, preparados para marchar.

Si todo va bien, por qué tanto cartel de “se vende”. La conexión Donosti-Jaca por autovía ya no favorece ni a Pamplona.

Pero el sentido de la presente no es económico, sino de salud mental como dice Errejón, ese agujero que nadie atiende.

Nos sentimos ajenos porque nadie nos pregunta para no saber la respuesta, la raíz va superficial pero no reticular, pocos tenemos injerto de pie de arto y cuando sucede obligamos a pensar, que no conviene.

18.10 Luis Iribarren

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