13.10.22

El efecto energético Albarracín: vuelta al pasado


Las instalaciones públicas, sus servicios y mantenimiento son muy onerosos. La crisis de las haciendas públicas y crecimiento de la deuda conjunta desde 2008 han impedido proyectos municipales en la España poco poblada para repoblar desde las administraciones públicas, han limitado nuevos consorcios, colaboraciones o contratación de personal (del necesario y del menos) incluso en situación de superávit.

La Diputación de Huesca se ha quejado al respecto por impotencia de poder usar incluso para nuevas inversiones sus remanentes que se producen ejercicio tras ejercicio, porque la contratación pública no es cómo se empieza sino cómo la vida la lleva…

Qué competencia es la propia o no del Ayuntamiento Valle de Lierp o del de Aguasvivas, en Teruel, volcados en conseguir nuevos pobladores, no halla respuesta satisfactoria en normas locales redactadas en términos generales, no moduladas, y que persiguen que se detenga el crecimiento de la deuda de los poderosos y autónomos en recursos respecto de sus comunidades ídem, anteriores en poder a ellas, de Barcelona o Zaragoza.

Que por otra parte, y como pasa con los equipos poderosos de fútbol, luego se pintan naturalmente de blanco mientras el territorio allí se queda silente.

Pero es que el liberalismo periodístico madrileño no cree en estas iniciativas. Los mass media financiados por compañías recentralizadoras en facturación abogan al respecto de que si más jóvenes cultos y preparados (especialmente ellas, ya lo he apuntado), hay cada día más por juntarse recursos de varias décadas de PAC, dejan el medio rural y viven donde quieren –faltaría más- es una situación de competencia perfecta.

Eso es como decir que a un crío de Tardienta que se ha quedado a vivir trabajando en lo que toque nunca le asignarían en “First Dates” para intentar conocer a una universitaria, a una estudiante de Alcalá de Gurrea porque, para qué, tienen diferentes gustos e intereses… Dice el ordenador…

Como la regulación de los precios de algunos componentes de la bandeja energética, como el incremento del calor global (sin más, sin utilizar esos palabros que dicen que son mantras de la izquierda y hasta tienen su punto de razón) a través exclusivamente del desarrollo del hidrógeno del que aseguran España será potencia mundial, lo social sociata hay que dejarlo exclusivamente a la competencia…

Pero cuando el centro derecha o el que está a tu derecha o la salida también a la derecha de la autovía a la nacional sin comunicaciones, esas y esos trenes que te cuestan que no se instale en Teruel una agencia espacial europea, gobierna dando la cara -y Feijóo algo sabe- a la realidad verdadera de las sociedades envejecidas rurales interiores… Pues les toca desde las diputaciones apoyar proyectos “insostenibles”…

Porque insostenible para los ayuntamientos implicados fue mantener como actividad económica las serrerías de Echo y Ansó (esas que en Navarra hubieran recibido subvenciones del 40% camufladas como política ambiental) que hubieran permitido mantener cuadrillas permanentes de limpiadores de broza para hacer pellets. Tanto que se cerraron y allí se pudre su maquinaria vintage. Se dejaron de hacer boinas y espardeñas… como pasó con el queso… y no viene nadie detrás que entienda la máquina…

Sin embargo, en Albarracín llevado a cabo por su Ayuntamiento y Comunidad, se ha elegido volver a finales del XIX y, ya que el gobierno central remolonea con que es autócrata e injusto rebajar la cuota de autónomos a la que regenta un bar rural donde nadie pasa de paso sino de largo, que sobrevive de Semana Santa y de las cajas de las fiestas, contratacan con abaratar la calefacción y energía de sus vecinos, haciendo una especie de horno de pan de calefacción o hamman colectivo.

Un proyecto de calefacción comunal para muchos que permitirá limpiar el pinar, evitar incendios, generar peonadas de calidad y, con la maleza, calentar todo un barrio de hogares. Por otra parte, implicados como beneficiarios como si de una contribución especial, porque lo es, se tratara.

Permitir que como GM y cualquier gran instalación, se nos permita elegir Albarracín o L’Ainsa para vivir por motivos energéticos y estabilizar la población, al menos, de los pocos enclaves que habrá que discutir que mantengan banco y escuela estratégicos abiertos.

Los parques fotovoltaicos o eólicos están generando recursos para los municipios que se traducen en que pueden ser fuentes de vida, pero la audacia del municipio turolense estriba en que se dirige directamente no a mejorar entelequias o eventualidades como la política cultural o la contratación de un alguacil duplicado por el ayuntamiento, sino a atender las necesidades cotidianas de quienes viven y, con esta sabia iniciativa, han visto por efecto de una política pública necesaria, incrementado el ya importante valor de su patrimonio.

Esperamos los resultados de la acción y un efecto demostración en las comarcas aragonesas y oscenses de montaña. Ideas que funcionen y las preferentes para cubrir necesidades reales, las proponga quien lo haga.

Recomiendo, asimismo, una visita a la espectacular web de la localidad en cuanto a calidad de información sobre su patrimonio. Una presentación a la altura de su relevancia histórica, lo que no siempre sucede en otros y es un debe.

Cualquiera se lo insinúa. Uno ha de saber, por sentir, el lugar que ocupa en los tableros.

11.10 Luis Iribarren

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