18.10.17

Se nos incendia toda España

Los incendios provocados por la locura, venganza o por dinero estos días en el noroeste peninsular, han sembrado el pánico. Ayudados por una sequía incipiente y un calor impropio de la estación actual, la naturaleza habla y el género humano no la escucha.

Pero el humo de esa tragedia no ha bastado para esconder odios y enfrentamientos. Cataluña contra España, España contra Cataluña y Cataluña contra sí misma. En esta atmósfera tan cargada, todos perdemos, pero sin duda la más perjudicada es la comunidad vecina en esa división interna que le está llevando a un caos político y económico, por culpa de unos caudillos a caballo de un fanatismo trasnochado.

Mas ahora, con los dos Jordis en la prevención, excusa para que los secesionistas ya hablen de presos políticos como en el pasado y no de políticos presos como es el caso.

Mientras aquí, el crisol de la raza de España como canta la jota, no desaprovechamos la ocasión para reafirmar nuestro patriotismo. Balcones engalanados con banderas rojigualdas por doquier en lealtad a la madre patria. Pero nuestra fidelidad nunca ha tenido la misma correspondencia, y si otros territorios llamados históricos, pero mucho menos leales.

Que Aragón esté a la cola del Ministerio de Fomento en obra pública en los últimos diez años, o el último recorte de 100 millones de euros, tras haber rebajado previamente de los Presupuestos Generales del Estado otros tantos, a mí al menos no me deja indiferente.

Pero el Gobierno por ejemplo, no escatima presupuesto para seguir manteniendo el campo militar de San Gregorio, amenaza constante para la población cercana y el Medio Ambiente. Quizás el olvido y desagravio a mi tierra de este Gobierno de Rajoy y otros anteriores, pero siempre con mensajes de buenas palabras y promesas, quizás nos ha producido un efecto similar al Síndrome de Estocolmo.  

Para salir de este engaño, no hay más que entonar lo que canta Kase.O, y su “soy de Aragón, que soy de Aragón.”

Daniel Gallardo Marin

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