9.12.19

Aragón será lo que logremos que sea Zaragoza entre todos los aragoneses

En Aragón a veces damos la sensación de querer ir en contra de todo lo que sucede en el mundo por esos procesos imparables de la globalización cíclica. Ahora todo el mundo se mueve desde las zona rurales hacia las grandes ciudades convirtiendo estas en lugares incluso imposibles de calificar en positivo, pero en Aragón seguimos diciendo que perder en el Ayuntamiento de Zaragoza es similar a perder en pueblos pequeños. Es como si además de no querer ver, deseáramos desde lo pequeño hacer cambiar el todo, no ya lo grande solo.

No es posible revertir procesos desde las declaraciones de líderes, ojalá fuera tan sencillo, sino trabajar desde precisamente lo grande para estando, actuar sobre las zonas donde quieren vivir las personas.

Zaragoza es el motor de Aragón porque así lo quieren los aragoneses. Yo no conozco a ningún aragonés que se vaya desde las localidades pequeñas a las grandes y que lo haga obligado excepto por motivos estrictamente económicos que son imposible de revertir desde Aragón.

Hoy en las localidades pequeñas, para poder vivir del campo o de la ganadería, hay que trabajar grandes extensiones, grandes inversiones incluso, y eso es imposible hacerlo en todos los casos, en todas las familias, en todos sus miembros familiares. 

Y esto no lo marca Aragón ni España. Mucho menos queriendo odiar a la ciudad grande cuando precisamente es el destino de quien desea buscar un futuro mejor. Aragón será lo que logremos que sea Zaragoza entre todos los aragoneses.

Pero además el desplazamiento de los aragoneses no se produce solo hacia Zaragoza, sino hacia fuera de Aragón o incluso hacia fuera de España. Así que la tontería de pensar que Zaragoza jode a Aragón es una mirada tan corta que resulta incluso peligrosa para encontrar soluciones.

No es lo mismo perder representatividad en el Ayuntamiento de Zaragoza que en otros ayuntamientos por mero proceso mental de “estar” entre los medios o entre las grandes posibilidades que se ofrecen al “estar” en Zaragoza. 

Desde la propia Diputación de Zaragoza a Ebrópolis, desde todo tipo de organismos públicos que afectan al 55% de los aragoneses o no estar ni entre los periódicos que informan a esos mismos aragoneses desde el papel o desde lo digital.

Cuando no se está en el Ayuntamiento de Zaragoza, simplemente “no se está” por pura selección natural de los procesos complejos y muchas veces manipulados. 

Por eso en caso de no estar, lo fundamental debería ser intentar por todos los medios volver a estar, y en el camino intermedio intentar aparentar, parecer, incidir, provocar, espaciar, incluso haciéndose el impertinente para “ocupar”. 

Darse por muerto es la mejor manera de querer demostrar que no nos importa una mierda estar vivos. Y eso siempre supone ir de entierro.

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