26.12.19

Las montañas azules australianas, como en Berdún

Despedimos año terminando en nueve buscando verano, buscando día largo y nadada en badina helada. Navidad con calor… ¿es Navidad?

La Navidad condiciona a los solitarios del hemisferio norte, la Iglesia lo sabía y reunía a todo el rebaño en la Misa de Gallo. Porque no todas las ovejas corren la misma suerte ni les de dentelladas la vida del mismo modo.

Pero Navidad en Jacetania era poncho, era también hielo y candelones, cardo con almendra, besugo en cocinilla de cuando no lo quería nadie por espinoso… Partidas de guiñote con abuelos, vida de bar hasta cenar e inmediatamente después. Celebración de Nochebuena y Reyes, no de cabo de año en que venía el hombre con tantas narices como días neolíticos se habían superado.

El pesebre lo tenía todo dios en la cuadra, los animales y los humanos como elementos sin apellidar de la casa aragonesa con nombre superador y conjunto.

No es lo mismo la cosa a 30 grados, en las playas de surf de la cercana Sidney o pasando el día en Mar del Plata o Valparaíso con 16 horas de sol. La soledad o el rechazo contra la imposición de Friday se llevan de otra forma.

En Nueva Gales del Sur es verano total, tiempo de festivales. Este surgimiento arenisco tiene momentos Mallos de Riglos, contiene pinturas aborígenes, fue hollado mediante track por los colonos de presidiarios de Sidney para la fundación de Melbourne.

La niebla que propicia la cordillera, esa niebla persistente como en California que cala hasta el reuma, tiene a distancia una característica tonalidad azul como la luz de puesta de sol de Zaragoza que recorta el Moncayo. O la de la Canal de Berdún donde Yesa, que se pone entre violeta y morado vestido de seda de la corte japonesa. Contra naranjas brillantes sedosos.

Las Azules son un escenario de ensueño para el senderismo, probablemente uno de los mejores del mundo. Entre todas las posibilidades que alberga, hemos elegido un balcón que genera un efecto semejante al de la exitosa vía ferrata de Montrebei en la Litera Alta. La roca púlpito en Grose Valley.

Este enclave Patrimonio de la Humanidad también cuenta con una atracción muy pirenaica: el tren pintoresco Katoomba Scenic, primo hermano en singularidad constructiva de nuestra época al scalextric de Castiello o el túnel de Villanúa del Canfranero.

Felices días a todos desde cualquiera de las montañas que hemos hollado.

05.12 Luis Iribarren

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