12.8.19

La condición política en Ferragosto (Zaragoza)

La condición política y la humana es una falacia que rara vez coincidan. Los tertulianos enervados hablan de productos de márquetin que ellos mismos son y se ponen camisetas. Difunden rumorología incluso en nuestra Zaragoza, por todo nuestro Aragón.

Malraux concibió una parte de su capital obra poniendo el acento en la condición humana en momentos de mudanza e incertidumbre. 

Nani Moretti advirtió a la misma por ausencia, dando vueltas en su Vespa por una Roma vacía, que esta semana será Zaragoza. El momento de su mayor aura, por descripción negativa basada en sus ausencias y deserciones.

Creadores como Celine o Riefensthal, incluso Murakami, Kadaré o Chirbes, ahondan en esas heridas. 

Todo el mundo que no aparece en las televisiones privadas no independientes coincide en que la principal española es la esgrimida a lanzazos contra la clase media. Lo recordaba también Manuel Vilas en entrevista reciente.

Se vive sin ilusión porque lleguen las fiestas. Hay desgana con watios en ese seguimiento de peñistas que hace pensar que la programación de cada pueblo se decide desde Aragón en Abierto.

Salvo consignas demoscópicas, se va a vivir sin ilusión por votar por las capas de la sociedad más formadas pero sin oportunidades de realización ni mejora personal en las sucesivas convocatorias a las que nos someterán. 

Cuando pactan y profundizas sobre a qué medios personales los partidos promocionan, en muchas ocasiones corre por el costillar un fuego helado de nitrógeno líquido en que la ecuación es no volver por los políticos de paso a la vida profesional después de los 50. 

Lo de las puertas giratorias creo que está sobrevalorado profundamente, son ejemplos contadísimos en administración local y autonómica quienes dejan la política o desempeñan cargos ajenos a la financiación pública en cualquiera de sus manifestaciones.

Por ello, todos los políticos que lo saben –esa es la realidad de su exclusiva condición humana que harán ideológica- lanzan deliberadas consignas para utilizar la coyuntura, unos y otros, y tras ello a lo que parece que se dediquen con más denuedo es a colocar —como dice un querido amigo y ángel azul caído— a quienes manden aplausos y emoticonos de sonrisas en los grupos de whatsapp concebidos para… ¿crear o recoger opinión?

Cuándo será la próxima asamblea en los porches de Delegación del Gobierno, quién será la siguiente Generación Z en acampar cuando ya nos hemos comido todas las letras en proceso paralelo a la consunción de todo el coltán de Congo y litio de Bolivia, saber si el Gobierno de Aragón se ha decidido o no desde Zaragoza –parece que sí- o simplemente participar y sugerir los actos de una semana cultural, no son sino accidentes programados por quien mece cada cuna. Y luego no da la impresión de que se lo cobre, se lo cobra.

No es lo mismo buscar faena para un hijo, colocar a un alcalde o diputado de los profesionales de la política con experiencia para esos grandes momentos de cambio –todos y cada vez- o cumplir el año y vez de las listas cremallera para que luego todos los nombramientos políticos relevantes de libre designación no las consideren, según quien se sea. 

La igualdad no es en absoluto material y la discrecionalidad no está motivada más que en términos de estrategia de supervivencia.

El hastío del personal también es profundo respecto de la renovación en los cargos. Renovarse en diferentes cargos políticos y acabar viviendo treinta años del artículo presupuestario reservado para los altos cargos, como en el caso del designado Consejero de Hacienda del Gobierno de Aragón, es lo normal. Lo hizo su antecesor…

Lo hacen todos los partidos, se hace en sindicatos y asociaciones de empresarios. Lo grosero es que lo hagan los apóstoles que niegan que también lo harán. Y como se sabe, todos preparan relevos a los que liberar.

Lo grosero es que, desde la izquierda, así cómo se puede representar a quien quiera quedarse a vivir en Sobrarbe pero solo se le haga contrato por la temporada de agosto, no verano. Cuando una extensión haría que iniciara su proyecto personal. Puesto que siendo camarero en Madrid o Barcelona no le permite, como en Ibiza, ni pagar el alquiler y están cansados de compartir piso.

Cuál es la condición humana cuando prescinden de habitantes o de gestores capacitados, de esos con responsabilidad sobre las vidas de otros que cambian de equipo de camareros o colaboradores constantemente… Por razones políticas, personales o porque cambian los tiempos… (qué colección de eufemismos y conceptos jurídicos indeterminados cuando se dicen por licenciados en derecho).

Cómo se sienten y cuál es su condición humana cuando se toman esa copa on the rocks en soledad en ese bar de Zaragoza o de Madrid y, por un momento, no son robots de su actividad social, política y familiar planificada. 

Porque por omisión, sí que representan. Es mejor que no se la tomen… Y que cuando lean a Murakami piensen que los personajes no se refieren a ellos ni que Chirbes ya les puso en su diana diez años antes. No es postureo, palabra ya demodé, es lo que ellas y ellos saben que es… Desmemoria y abandono de tus orígenes.

12.08 Luis Iribarren

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