Es cierto lo dicho en las últimas fechas, de cuerpo presente Rubalcaba. Todos sabemos y sentimos que a España ya no la conoce ni la madre que la parió, y que a pesar del vaciamiento, es en los medios rurales donde se siente más esa apuesta por los equipamientos.
Ahora toca conservarlos, dotarlos de vida permanente y que no generen déficit sino valor añadido. Un espléndido ejemplo serían las asequibles pistas de atletismo y de tenis de Monzón. Ya de por sí, laminarían la importantísima cantera montisonense de deportistas, lo que las haría viable en términos de alto rendimiento, al ser una instalación estatal de referencia.
Sin embargo, la vuelta de tuerca es aprovecharlas como se está haciendo por esa Corporación con alcalde olímpico y a cuya gestión aspira también Eliseo Martín, el fondista. Con Álvaro Burrell harán sin duda equipo real de promoción. De entrada, el torneo de tenis Conchita Martínez es uno de los mejor gestionados en su categoría de España.
Eso tiene relación con Averly porque pasamos por alto lo ya hecho en Zaragoza ciudad, donde equipamientos como el Matadero o el Centro Deportivo José Garcés de San José, ya suponen equipamientos multiservicio 2.0.
La fundición tiene que ser un triple motor cultural: dada la dedicación espléndida de la Azucarera del Rabal, albergar un centro de diseño relacionado con el pasado industrial de Zaragoza, pero que permita un uso no solo museístico sino de formación dual. Que reconozca la importancia de Averly como productora del mejor arte urbano en cuanto a elementos ornamentales y alumbrado de principios del siglo XX.
Además de generarse un necesario centro polivalente en Delicias Este-Aljafería, de la que el Psiquiátrico y el Centro Cívico de Almozara están un poco lejos. Es decir, un equipamiento al servicio también del Gancho y complementario en programación a la Fundación Caixa.
Es un reto maravilloso, pero existen antecedentes con espléndidos resultados como el Matadero citado, donde conviven usos de ciudad, especializados de sociedades municipales, policiales y autonómicos –Museo de Cerámica-.
Su surgimiento debe estar también inspirado por el modelo “Matadero de Huesca” y requeriría de un esfuerzo autonómico para el replanteamiento del entorno del Pignatelli, que devuelva a la ciudad de Zaragoza compromiso del Gobierno de Aragón en la generación de equipamientos de capitalidad.
La Escola de Treball de Barcelona no ha perdido usos pedagógicos, ampliándolos hacia ser esa isla de servicios de referencia para todo su entorno. Así, se conjugan y respetan pasado, presente y futuro sin generarse equipamientos que solo interactúan de modo pasivo con sus visitantes.
19.05 Luis Iribarren
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