El presidente de Aragón, Javier Lambán, anunció ayer en el décimo aniversario de la Expo 2008 un proyecto para crear sobre el Ebro un eje económico de desarrollo económico, empleando el agua como motor y eje sobre el que se irán creando sinergias nuevas, posibilidades y actuaciones económicas. El nombre incluso es bonito: Ebro 2030.
El Ebro, como la calle más importante de Zaragoza debería ser también la carretera más importante del norte de España. Y por ello cualquier idea que se plantee para vertebrar esas opciones, es positiva. Pero nunca debe ser un chascarrillo de fiesta, una idea sin esbozar lo suficiente, un proyecto para ilusionar pero lleno de humo. Este santo país está muy acostumbrado a que los grandes proyectos se presenten en una FIESTA en consonancia con los ciudadanos que resuelven sus dudas en los bares, o los políticos en los restaurantes.
Veamos en qué punto nos encontramos. El proyecto avanza sobre tres líneas:
• Agenda Internacional de Eventos de alto nivel en torno al agua.
• Parque Innova: Plan de Educación e Inclusión Digital hacia las nuevas economías
• Plan de Desarrollo Sostenible de la Ribera del Ebro, segura para los municipios y la actividad económica, factor de riqueza y recreo, y pulmón de la ciudad.
Parece insuficiente, incluso suena a más de lo mismo. Teoría de ideas y deseos, que de momento no contiene “hard” ni nada que se pueda considerar con capacidad para avanzar en la idea, que no sea la propia idea. Hay que estar atentos, pero de momento es una simple guinda a una FIESTA de Aniversario.
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