Raquel Latre y Prepirineo oscense. Mirada de decisión y orgullo. Indumentaria eficaz y sencilla, ideas claras.
Menos producción, mejores mostos y precios más altos de uva para un sector que, de todos es sabido, en calidad precio es el mejor del mundo. Las tormentas, menos para Calatayud y sus garnachas centenarias, llegan un poco tarde.
Lo que no obsta para que existan cooperativas con problemas para vender el vino, cooperativistas sin cobrar y arrancando y otras cuestiones.
Afectan al viñedo que no se moderniza, que no juega con varietales, que no tiene imagen de marca propia. El resto vía uva –imperio de la garnacha-, vía enólogos y comentarios elogiosos –cualquier Calatayud o Cariñena-, vía contra nacionalista –sector cava, cada vez mejor-, vía diversificación y atención a los gustos y paladares femeninos, que buscan vinos elegantes afrutados –Somontano-… son una buena noticia tras otra para Aragón.
Aragón es romana y clásica en viticultura. Viñedos monacales como la garnacha y el Alto Moncayo. El clasicismo y elegancia Lalanne… Con Rioja, somos la Borgoña estatal. Camino de Santiago y tempranillo…
Que posee una carta de vinos y posibilidades que, desde la shyraz hasta el pinot noir, con las pinceladas goyescas propias de la parraleta, la garnacha, la garnacha blanca y la macabeo-viura, singular en Aragón, además de elaboraciones como mistelas, moscateles y pajarillas… hacen imposible el aburrimiento a la hora de maridar en Aragón. Todo vale.
Precisamente un rasgo que faltaba, y no soy ningún apóstol en la discriminación positiva y paridad si no están justificadas, era la presencia femenina en el mundo del vino en Aragón.
Y faltaba porque son ellas las principales consumidoras, las más intuitivas organolépticamente y las que justifican, entre muchos éxitos, la posición del Somontano y el Rioja fino en el mundo.
Los vinos aromáticos, finos, especiados, perfumados… a una singular esencia siempre recuerdan… Tonos y aromas tostados, chocolateados, florales, con aromas a café y compota, un poco quemados… ya ensayados previamente en perfumería.
Interior de Ruberte, Magallón. Piedra blanca moncayina. La magallonera Susana Ruberte, primera enóloga aragonesa. Me entusiasma su cava “Camino al Moncayo”.
Así centraremos nuestra atención en Raquel Latre, nueva presidenta de la denominación somontano, las hermanas Lalanne –sobre todo la también autora Leonor Lalanne- y Susana Ruberte –identificable apellido “campoborjano” que porta la primera enóloga aragonesa, entusiasta soñadora productora de cava- como destinatarias de este pequeño homenaje a la vendimia de este año.
Especialmente Raquel va a traer un aire nuevo a la magnífica trayectoria de Mariano Beroz en la denominación altoaragonesa. Autor de unos magníficos vinos de autor, el segundo ha dado sabio e inteligente paso a una difusora y gran conocedora desde la pata del enoturismo de todas y cada una de las explotaciones.
Le auguramos desde aquí una brillantísima y necesaria para Aragón nueva singladura. El Somontano es conocido y apreciado pero tiene pendiente subir el peldaño de gozarlo en su magnífico terroir por terceros y, denominación un poco nueva, de ir en la dirección del lujo que no valoramos que presentan varios de sus caldos.
El gewurztraminer, clarión, parraleta, sauvignon blanc, incluso los nuevos rosados y sabios coupage de cabernet-merlot, los impresionantes cavas Lalanne y el fascinante pinot noir de Viñas del Vero, los sedosos vinos de Salas de Enate, los primeros shyraz plantados en Berbegal… hablan de un paraíso enológico en 30 kilómetros de diámetro, posiblemente único en el mundo.
28/08 Luis Iribarren
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