Los
billetes municipales que se publicaron durante la Guerra Civil eran papel
moneda local con un valor relativo, nulo
fuera de su ámbito de influencia muy local, que servían para paliar el déficit
de moneda de curso legal en periodos de conflictos armados. Aunque también
fueron una moneda de confianza, de apoyo, de ayuda o de primera necesidad para
los ayuntamientos, sindicatos o fuerzas armadas que necesitaban ayudas de
emergencia fuera de los cauces reconocidos.
El
uso era muy básico. Se acudía a una tienda local y se compraba con moneda de
curso legal mientras que las vueltas que se obtenían eran en monedas de curso
local. O literalmente eran ayudas a fondo perdido, aunque te daban como
garantía unos billetes de curso muy restringido y que ya sabías que nunca podrías
volver a convertir en moneda reconocida por todos.
Os
dejo un billete de 25 céntimos con la firma de los responsables de UGT y CNT de
Híjar y con la imagen del aragonés Fernando Ascaso que entonces era el máximo
representante del anarcosindicalismo en España y muerto en acto de guerra el 20
de julio de 1936.
En
Aragón hay catalogados billetes locales en más de 150 localidades.
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