10.4.18

Aragonesismo conservador. Aragonesismo socialista

El primer presidente de Aragón, Juan Antonio Bolea Foradada, ha dicho en el 40 aniversario de su toma de posesión que el aragonesismo del que él fue abanderado hace 40 años está "muy difuminado" y ha rogado al actual Gobierno de Aragón y a los aragoneses que sean "reivindicativos" como forma de que en Madrid, a Aragón, "se la tenga en cuenta".

Bolea como protagonista del solemne acto con el que se ha rendido homenaje a la primera Diputación General de Aragón de la actual democracia, que se constituyó en la iglesia de San Pedro de los Francos de Calatayud (Zaragoza) el 9 de abril de 1978, en un acto "muy emotivo", ha agradecido al actual Gobierno de Aragón que haya tenido "la delicadeza" y "el amor a Aragón" de recordar esta fecha, que es "histórica", porque después de Cataluña y País Vasco, Aragón, junto con Galicia y Valencia, fueron los primeros territorios en conseguir la autonomía, "mucho antes que el resto de las comunidades de España".

De aquellos tiempos recordó con emoción especial cómo se trabajó para "recuperar la personalidad" de Aragón y poner en marcha el Gobierno de Aragón, pero también declarar la cuatribarrada como bandera, que hasta ese momento "era prácticamente clandestina" y que enarboló desde el balcón en Calatayud, un momento que le llenó de emoción por el tiempo anterior en el que "las barras de Aragón habían permanecido en el olvido".

"Recuperar esa personalidad es un motivo para que nosotros y nuestros hijos y nietos estemos contentos", ha enfatizado, al tiempo que ha echado de menos más presencia de esa bandera cuando en otras comunidades limítrofes "cada vez se ven más cuatribarradas", creyendo que es necesario "darle un impulso" al aragonesismo, porque la "presión del pueblo" es la forma de que el Gobierno de Madrid tenga en cuenta a Aragón, que adolece de poca fuerza política por el escaso número de diputados y senadores con los que cuenta.

Juan Antonio Bolea estaba convencido de que Aragón debía equipararse al País Vasco y Cataluña en niveles de autogobierno (nos olvidamos de momento de las diferencias entre acceder en aquellos tiempos por el Artículo 143 o por el 155, para lograr laAutonomía), y su oposición a la política hidráulica del gobierno central, lo llevaron a romper la disciplina de voto en el Senado en temas como el del Estatuto de Autonomía de Aragón y el minitrasvase del Ebro a Tarragona, proyecto contra el que presentó una enmienda a la totalidad. Fue miembro de UCD y del PAR, muchos más años en este último partido.

Se puede ser aragonesista regionalista conservador, y aragonesista nacionalista socialista. Lo negativo es que nunca hayan hablado públicamente las dos sensibilidades aragonesistas. Las diferencias son muchas, como por ejemplo podrían ser (no mirar negativamente esta comparación) las de CIU y ERC. Unas versiones catalanas de PAR y CHA.

Pero lo que más separa el éxito social de los diferentes aragonesismos no son las diferencias ideológicas, sino la falta de empatía de sus líderes para al menos hablar y negociar. La política no debe ser únicamente electoralista, sino también hábil y práctica para la sociedad que se quiere gobernar.

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