Pensar que en Aragón necesitamos un PAR y una CHA más fuertes lo pensamos muchos más de los que hacemos lo posible por lograrlo. Pero no son una mayoría de los aragoneses, lo admito. El caso es que en el camino se van quedando muchos ciudadanos que admiten que Aragón necesitaría unas fuerzas aragonesistas con más presencia, pero a la hora de la verdad, ni les votan ni participan en su vida política.
Esa dicotomía es la que debería hacer reflexionar a las dos fuerzas políticas aragonesistas. ¿Cuál es el motivo de que muchos quieran un PAR y una CHA más fuertes, pero no hacen lo necesario para que así sea?
En política, en todos los partidos, existe una decisión no escrita ni pactada —pero real—, de que cuando alguien desde la dirección se va, tiende a desaparecer…, excepto si es muy importante y los medios de comunicación los van buscando para joder.
En los partidos políticos pequeños, sean en Aragón o de otro territorio, esto es casi dramático pues no sobran buenas cabezas políticas. Ojo, no hablo de cabezas gestoras, que eso es otro despacho, hablo de cabezas políticas. Cuando alguien se va deja un desierto que enseguida ocupan otros, desde otras posiciones. Muchas veces con unos tempos perdidos. Con excesivos vacíos incluso desde los medios de comunicación.
En estas semanas muchos aragoneses han descubierto a Bolea. Podría poner otros 20 ejemplos de anteriores líderes o lideresas que permanecen ladeados y en muchos casos aparcados para siempre por propia voluntad. Gentes del PSA, del PAR o de CHA. Pero la responsabilidad de que se nos vayan perdiendo en los caminos es un poco de todos, más cuanto más responsabilidad tienen en Aragón desde cualquier parte social.
Y Aragón no va sobrado ni de ideas, ni de soluciones, ni de personas con mirada política. E insisto otra vez en la enorme diferencia entre excelentes gestores y buenos líderes sociales. Y como además no vamos sobrados de aragoneses que quieran seguir siendo de Aragón y nos cuesta una enfermedad dar a conocer a nuevas personas que logren el respeto social aragonés —que para eso también somos un poco tiquismiquis— es un inmenso desperdicio ir enterrando aragoneses que deciden trabajar por Aragón desde Aragón. Y los abandonamos en el silencio.
Todos los partidos políticos deben cambiar sus líderes cada cierto tiempo. Las primeras líneas y las cuartas. Pero debemos aprender a cambiar sin romper. Que quien entre se encuentra con el apoyo de quien abre la puerta de entrada. Si no somos capaces de aprender a renovar en positivo, no aprenderemos a que Aragón pueda respirar.
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