Familiarmente esta cruz nos dice cosas a todos nosotros. Es la cruz exterior de la ermita de la Virgen de Izarbe cerca de Anzánigo. Es una cruz casi nueva que está en el exterior, en una ventana de la ermita. Pero por diversos motivos tiene un sentido personal.
Es un ejercicio de reconocimiento a un lugar, a un estar en silencio, a una capacidad de encontrarte con los lugares casi escondidos, aunque en este caso lo visitemos muchas veces.
Aragón tiene sus propios escondites. Cada uno de nosotros tenemos los nuestros.
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