Las torres de El Pilar de cerca nos enseña un poco esa ciudad escondida pues no siempre levantamos la mirada hacia arriba, la Zaragoza inmensa que a veces lo es menos si la vemos de cerca hasta ver algunos engaños.
La curiosidad de cerca, a veces engaña la realidad. Se observan en la imagen y pintados en un tejado algunos adornos que semejan ser metálicos desde lejos, pero que simplemente es pintura que con el tiempo quedará disimulada por el polvo y el óxido. Parece que la torre de El Pilar tiene más adornos de forja que en realidad son simples trampantojos pintados.
Vemos también los altavoces que nos llenan la ciudad con los cantos de Ángelus. Parte todo de los símbolos de la ciudad de Zaragoza.
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