Aquella empresa que se llamaba International Leisure Development (ILD) no compró ninguna de las 2.300 hectáreas del término de Ontiñena en las que la empresa proyectaba el complejo de casinos y parques temáticos Gran Scala. Pero generó páginas y páginas en los medios, reuniones y sorpresas, que ahora nadie quiere desempolvar.
Quince años desde la presentación oficial de la iniciativa en la Sala de la Corona del Pignatelli del Gobierno de Aragón, en un fastuoso acto que costó 180.000 euros a las arcas autonómicas. Iba a suponer una inversión de 17.000 millones de euros, se dijo, y el vicepresidente de la DGA y principal defensor del asunto, José Ángel Biel (PAR), llegó a describirlo como "el proyecto económico más importante desde Fernando el Católico".
Quince años desde la presentación oficial de la iniciativa en la Sala de la Corona del Pignatelli del Gobierno de Aragón, en un fastuoso acto que costó 180.000 euros a las arcas autonómicas. Iba a suponer una inversión de 17.000 millones de euros, se dijo, y el vicepresidente de la DGA y principal defensor del asunto, José Ángel Biel (PAR), llegó a describirlo como "el proyecto económico más importante desde Fernando el Católico".
Los datos y las palabras suenan hoy a cuento de nunca empezar, el de mayores dimensiones del que jamás se oyó hablar en Aragón. Gran Scala generó mediáticamente cifras mareantes, como la anunciada pero nunca materializada ampliación de capital de 400 millones de euros de una empresa que no tenía capital.
La idea —término inventado por el consejero socialista Javier Velasco para referirse a la iniciativa por su intangibilidad— de Gran Scala tendría uno de sus primeros momentos de la verdad a primeros de febrero de 2011. ILD pagó en dos plazos el 8% del valor de los terrenos propiedad de particulares. El próximo envite consistía en adquirir la totalidad de ese suelo o dar la espantada mientras los vecinos se quedan con las señales que ya han cobrado y recuperan el pleno dominio sobre sus campos.
Era algo parecido a un todo o nada en apenas tres meses antes de unas elecciones autonómicas y municipales. ¿Qué sucedió? ¿Alguien explicó algo de aquel final del Cuento o es que no llegaron a comer perdices?
Destacaban en aquel proyecto las "excelentes comunicaciones" de la zona —"próxima al AVE, a la autopista y a los aeropuertos"— y se supeditaba la viabilidad del proyecto a la "creación de una estación de AVE propia ´Gran Scala´, al sur del complejo". Se considera imprescindible el "suministro de energías y agua hasta la entrada del complejo" meses después de insistir en que el parque únicamente consumiría energías limpias; básicamente de tipo solar.
¿Nos reímos como siempre en Aragón, o simplemente nos ponemos a llorar por creernos todas las bobadas que nos cuentan?
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