El Torreón de Fortea de Zaragoza, en la plaza de San Felipe, fue proclamado Monumento Histórico Artístico el 17 de abril de 1972, y destaca como uno de los pocos ejemplos de arquitectura civil del siglo XV que se conservan en la ciudad. La casa palacio, adosada a la torre, sigue la tipología de palacio urbano construido por la nobleza, fusionando diversos elementos que se adaptan al espacio y a edificaciones anteriores, característico de la arquitectura urbana medieval.
La torre, el componente más antiguo del conjunto, data del último tercio del siglo XV y presenta una planta prácticamente rectangular, siguiendo la tipología medieval de estancias superpuestas. Originalmente con una planta menos, la torre ahora cuenta con cinco plantas de altura y un sótano abovedado.
El Torreón Fortea, debe su nombre al comercio de paños que instaló en el año 1785 el comerciante Joaquín Fortea en la parte baja, es el mejor ejemplo que conserva la ciudad de arquitectura civil mudéjar del siglo XV. La imagen que vemos arriba es del año 1918.
En su parte superior vemos una galería de arquillos simples que muestran el prototipo de galería que se desarrollaría en siglos posteriores.
En su parte superior vemos una galería de arquillos simples que muestran el prototipo de galería que se desarrollaría en siglos posteriores.
En una etapa posterior, se añadió una galería de vanos adintelados con función de solanar. Los grandes balcones en la primera planta no son contemporáneos al torreón, sino un intento de homogeneizar la fachada después de la construcción de la casa adosada en el siglo XVI. La torre presenta una fábrica mixta de adobe y ladrillo, que antes de la restauración mostraba un aspecto bastante disgregado.
La construcción que da a la Plaza de San Felipe es una obra del Renacimiento aragonés del siglo XVI, adosada a la edificación del siglo XV. Solo la fachada con la galería de arquillos aporta unidad a esta parte de la estructura. El nivel único de la planta primera sugiere que, en un momento, toda la edificación tuvo un único uso y pudo constituir una única propiedad.
La construcción que da a la Plaza de San Felipe es una obra del Renacimiento aragonés del siglo XVI, adosada a la edificación del siglo XV. Solo la fachada con la galería de arquillos aporta unidad a esta parte de la estructura. El nivel único de la planta primera sugiere que, en un momento, toda la edificación tuvo un único uso y pudo constituir una única propiedad.
Una parte de esta propiedad podría haberse demolido al construir la fachada de la Plaza de San Felipe, cuya altura de forjados no coincide con los de la torre ni con los del resto de la edificación que da a la calle del Temple.
No hay comentarios:
Publicar un comentario