Cómo se declaran sus habitantes, que en gran medida y en lo vaciado han modificado sus hábitos por el maná del IVA. Un cortafuegos contra el comunismo, pero ahora se puede ir de Viena a Bratislava y seguir hasta Kiev sin control de fronteras.
Un territorio de libre circulación económica. Eso es lo que me enseñaron en la facultad cuando asistía en los 80. Sin que más allá de cuatro iniciados por relación con la diplomacia, partidos o familia tuvieran una idea cierta de cómo opositar para organismos en que no había ni hay todavía división de poderes.
Un mecanismo regulador de esa tendencia misionera que tienen americanos del norte y australianos cuando salen de sus fronteras a imponerle a la humanidad lo que es bueno y no –buena la caridad, malo el trueque y la solidaridad-. Balanceados en su propia región por Canadá y Nueva Zelanda. Que, sin embargo, por relación nostálgica como India con UK, han perdido el pie del discurso propio.
Europa lo que sí que no es, es lo que ha quedado claro por falta de desarrollo de la idea: un Estado federal de estados naciones. No se ha querido.
Por tanto, no es de extrañar que se tenga una política nunca disruptiva con rancias soberanías nacionales. Que se verán reforzadas tras el descalabro de respuesta conjunta a pandemias como la que estamos viviendo. Igual hubiera pasado si un tsunami afectara a Nápoles o Málaga: para lo malo es vuestro problema.
Lo que no es ninguna novedad: la situación de la isla de Pantelería y la recepción de inmigración africana a título heroico; la de las Canarias en el mismo sentido; el rescate amargo de Grecia con recordatorio de que no es posible la devolución de deuda en otra moneda que la que se tiene para puede que mal –y que no vale lo mismo según el sitio-; los derechos históricos de la PAC cuya percepción impide la incorporación de nuevos agricultores con expectativas de relevo… están provocando el retorno a términos como la soberanía alimentaria, sanitaria e industrial modo sálvese quien pueda.
Qué se ha hecho bien más allá del libre comercio que ha americanizado el sistema de vida europeo: creando desigualdades que ya observamos con el redondeo del euro.
Es una oportunidad perdida la no construcción europea para superar los nacionalismos de estado o tribales. Al fin y a la poste será la tribu la que sea percibida como superadora del abandono. De víctimas, del sistema productivo o de un modo de vida, la vida mediterránea, que en términos racistas y xenófobos se desdeña desde el norte. Cuando se trata de un motor económico copiado y envidiado por los países emergentes.
La desunión europea ha sido la norma y no la excepción. Competiciones de baloncesto y fútbol ya se celebraban antes, como Eurovisión, aceptando a Israel-California, Azerbayán-Irán o Turquía-Indonesia como integrantes. En una visión sí que pan griega del concepto europeo. Entonces, mete a los equipos de Alejandría, Singapur, Calcuta y Sidney también…
No siempre lo peor es cierto, recuerda Calderón parafraseado en el “El Naufragio de las Civilizaciones”.
Cuyos últimos capítulos recuerdan que Clinton hubiera podido no dejar caer a Gorbachov por desidia de inmortal, y USA hubiera podido hacer un Plan Marshall para reflotar la URSS que no tenía la potencia mercantil china. Como hicieron ya con Italia o incluso Corea del Sur y Japón con McArthur y por conveniencia geoestratégica.
No será por qué no lo recordó Chomsky, sospechoso americano de segunda generación judío-eslavo. Proclive a pensar mirando al Mar Negro desde la baranda de la escalinata Potemkin de Odessa. Y qué sí tiene razón…
No se hizo, y la sociedad rusa lo devolvió encumbrando a Putin que irá a por Crimea, Ucrania, Uzbekistán y todos los advenedizos al servicio de Irán o Alemania.
De aquellos barros, de Bush hijo y sus memorables gestos –semejantes a los de Yeltsin-, del márquetin electoral que encumbró a Tony Blair y su replicante Zapatero, del Prusia first de hace veinte años de Merkel –increíble, germanooriental-, del pulso de la guerra serbo-croata, tengo la impresión que vienen estos lodos.
Que Aragón, Zaragoza y cada uno nos coloquemos como podamos. El escenario no es el de un Plan Marshall ni europeo ni planetario. Caldo abonado para todos los populismos.
29.03 Luis Iribarren
No se hizo, y la sociedad rusa lo devolvió encumbrando a Putin que irá a por Crimea, Ucrania, Uzbekistán y todos los advenedizos al servicio de Irán o Alemania.
De aquellos barros, de Bush hijo y sus memorables gestos –semejantes a los de Yeltsin-, del márquetin electoral que encumbró a Tony Blair y su replicante Zapatero, del Prusia first de hace veinte años de Merkel –increíble, germanooriental-, del pulso de la guerra serbo-croata, tengo la impresión que vienen estos lodos.
Que Aragón, Zaragoza y cada uno nos coloquemos como podamos. El escenario no es el de un Plan Marshall ni europeo ni planetario. Caldo abonado para todos los populismos.
29.03 Luis Iribarren
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