Aragón tiene a fecha de hoy —pero con datos de ayer 26 de abril de 2020— un total contabilizado de 5.504 casos de coronavirus declarados (48 más que el día anterior), y de estos, 2.403 han requerido ingreso hospitalario (de los que 257 han precisado camas UCI, el mismo número que el día previo) y 712 personas han fallecido (14 más). Las altas hospitalarias alcanzan ya las 2.010, lo que supone un 36% de los contagios acumulados.
Del total de casos, 4.140 corresponden a la provincia de Zaragoza, 730 a Huesca y 557 a Teruel, mas otros 77 de los que no consta lugar de residencia. Mientras, se han realizado un total de 4.057 test rápidos, la mayoría en centros de atención primaria y de los que 519 son casos confirmados.
Cualquier número de fallecidos diarios es malo o muy malo, pero parece que decrece el drama y que se empieza a dominar lentamente el proceso dramático. Y en todo esto influyen numerosos conceptos que no vamos a explicar ahora. Hay héroes, algunos tontos y bastantes errores que deberemos subsanar.
Algunos representantes de Aragón han demostrado una valía superior a la media y me han sorprendido, otros como ya intuía no han logrado estar a la altura de sus responsabilidades. El Presidente de Aragón ha sabido liderar el proceso desde sus pocas capacidades de gestión pues es Madrid quien ordena y asumiendo nuestra enorme dificultad económica pero no de trabajo, ha sentado las bases de la motivación. Pero… ¿El Departamento de Sanidad de Aragón ha estado a la misma altura?
Sí quiero hacer una segunda reflexión sobre lo que debemos hacer a partir de ahora para intentar que esto —si vuelve— nos pille mucho mejor preparados y con las defensas en alto. Debemos ponernos a trabajar ¡¡YA!! desde todos los órganos de análisis de Aragón, desde incluso sindicatos, partidos políticos, Universidad, asociaciones públicas o privadas, sanitarios, sociólogos, psicólogos, para radiografiar el proceso, poner TODOS los números sobre papel y analizar qué ha sucedido y qué mecanismos debemos cambiar en muchos modelos sociales de comportamiento.
Reflexionar y recapacitar, compartir y ampliar el análisis a cuantos más campos mejor para lograr una imagen lo más amplia posible de un proceso que se nos ha cargado en dos meses nuestro sistema de vida y de libertades, nuestra economía y nuestros sistemas laborales ya establecidos.
Podemos también pensar que no es necesario, que somos todos unos inútiles o incluso que todos los demás son inútiles menos cada uno de nosotros. Pero se trata de lograr cambios, de conseguir una sociedad aragonesa más útil, segura, capaz, que no cometa errores ya cometidos en el año 2008 y otros nuevos que podríamos cometer a poco que nos dejemos llevar por las vísceras. ¿Podría ser el momento de replantearnos una nueva economía industrial y productiva a medio plazo?
Volverá otra pandemia, incluso es muy posible que esta misma lo haga en breve. hemos demostrado hasta la saciedad nuestras debilidades. ¿De verdad no queremos para Aragón hacer nada por evitarlo?
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