Sobre todo de milagros, pues económicamente es complicado dejar abiertas las librerías que sean algo más que simples vendedores de objetos de regalo.
En Zaragoza tenemos varias librerías que son “encantos”, sitios especiales donde además se venden libros. Si las nombro estoy seguro que me dejaré alguna y no debería. Algunas tienen muchos años dentro de sus espaldas, otras son nuevas, casi todas son pequeñas y amigables, unas llevan los sueños hasta nosotros, otras se mezclan con obras de arte y algunas están llenas de animales rosas. Todo depende.
No compres libros, nunca, si no es para consultarlos o leerlos. No te engañes. Excepto que seas coleccionista de sueños, quieras hacer un regalo de calidad, te guste tocarlos mientras te imaginas un mundo diferente o desees poseer el cerebro del escritor disecado entre páginas.
Pero si no es por eso, nunca compres libros. Son muy peligrosos.
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