En realidad son dos murales aledaños uno del otro, que posiblemente sin la lámina de agua de la fuente que hay a sus pies no resalten de la misma forma, pero que sin duda impresionan por sus formas y detalles. Unos androides, fantasmagóricos y típicos de su obra, reflejando escenas imaginarias del Génesis, y de la vida en contraposición a la muerte.
Su colocación y la falta de agua en la fuente, hace que sea un trabajo muy valioso que está perdiendo parte de su contenido, por actos vandálicos o del simple paso del tiempo. Algo que parece increíble con unas obras de Ángel Orensanz
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